A Rolex o a setas
«La última vez que estuvimos en Euskal Herria un amigo nos regaló vino.
En realidad varios amigos nos regalaron vino. Lo que quiero decir es que siempre que vamos, siempre que voy, vuelvo con vino en la maleta. A veces es del que no se puede comprar aquí. Luego me paso de peso, la maleta me hace un extraño y por sujetarla llevo desde semana santa en rehabilitación y lo mismo me operan como a esos que juegan al balompié».