Cosas veredes en Durango
«Cuando uno, a sus años y viviendo en Durango, pensaba que estaba curado de espanto, pues hete aquí que no, que no es así».
«Cuando uno, a sus años y viviendo en Durango, pensaba que estaba curado de espanto, pues hete aquí que no, que no es así».
«Me pregunto a qué se debe esta actitud de los responsables del Ayuntamiento. ¿A desidia? ¿A supina ignorancia organizativa? ¿A que la Policía Municipal va por libre?».
«Decíamos allá por el mes del pasado mes de abril que la Normativa de la DGT prohíbe taxativamente la circulación de bicicletas por las aceras, si bien el Tribunal Supremo, según sentencia al efecto, autoriza su circulación siempre que las aceras sean de una anchura suficiente y que circulen dentro de ellas por una zona, por un carril bici, perfectamente delimitado y señalado».
«No todo han de ser comentarios acerca de la clase política o la calidad del aire o de economía o sobre cuestiones locales e incluso sobre astronomía. De vez en cuando hay que dedicar un espacio al divertimento».
«Hace diez meses aproximadamente sufrimos un episodio que tuvo en vilo al pueblo y ante la preocupación que produjeron los nauseabundos olores, intervino la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco para determinar el origen de los mismos, toda vez que para las autoridades políticas locales, fieles a su línea tradicional, «todo estaba bajo control».
«En el legendario y centenario astillero de La Naval de Sestao, que bien podría denominarse el último mohicano de esa ria que le hizo exclamar a Pío Baraja que «la ría es una de las cosas mas sugestivas de España y no creo que haya en la Península nada que de la impresión de fuerza, trabajo y energía como esos 14 kilómetros de vía fluvial».
«… del Apocalipsis. Ya saben: la Muerte, la Peste, el Hambre y la Guerra. Pues bien, parece ser que en los tiempos en que se escribió el Génesis todavía la Política no estaba corrompida en el grado que lo está hoy ni conducida por esa pléyade de individuos mediocres que han llegado a ella como a un puesto de trabajo ideal para sus fines, en el que si eres medianamente hábil, cínico en grado superlativo y naturalmente falto de escrúpulos, conseguirás tu máximo anhelo, que no es otro que servirte de ella para enriquecerte».