Sobre buenos chicos y personas muy normales
«No nos podemos ni imaginar la cantidad de buenos chicos y personas muy normales que habitan la viña del Señor. Cada vez que a uno de ellos lo pillan con el carrito del helado no les falta una retahíla de amigos, parientes, camaradas, compañeros de fatigas, que salgan en la defensa de su bonhomía y su caridad cristiana».