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«En el caso del Guggenheim, cómo no el que más nos interesa, por un lado, expone minuciosamente, uno a uno, los pasos que se siguieron y, por otro, recuerda a todas las personas, que, de una u otra manera, estuvieron implicadas en el proyecto. Lo adelanto: ¡es un escrito que va a traer cola!».
«Derivaba del topónimo «Alkelarre» (‘prado de la hierba alka’) y que tanto la palabra como las reuniones a las que hace referencia eran una creación erudita, ajena a la tierra («El akelarre fue un invento forastero y culto para nativos incultos, […] una coproducción ideológica de gentes de religión y justicia, de artes y de letras bellas que a partir del s. XVII se fue imponiendo a sangre y fuego»)».
«En un cruce de caminos, dos peregrinos pasaban, se pararon y contaban cada uno su destino».
«Aún eres joven, pero llegas tarde, como yo, a la revolución».
«Hoy he vuelto a este solitario paraje donde encuentro las palabras. Hacía tiempo que no lo visitaba. La hierba está crecida y la sensación me lleva a tu recuerdo. La necesidad de miradas calladas hace tan dura la despedida».
«Al Sr. D. Jerónimo García Sánchez».
«Gauza sinple bati buruz hitz egin nahi dut gaurkoan. Papera eta tinta bezain sinplea, baina aldi berean hain mamitsua. Antonio Muñoz Molina handiak bere “El atrevimiento de mirar” liburuan esaten duenez, ez du merezi artista baten biografia ezagutzeak bere lana ikusteko. Izan ere, horrela baldintzatuak egongo gara bere obraren aurrean jartzean».