‘Betiko Gaua’ (‘La noche eterna’), el debut de Eneko Sagardoy tras la cámara
EGOITZ CARPENTER
“Cuando Miren reconoce a Elena, que conduce un coche de alquiler, la comenzará a perseguir por carretera”.
· Fuente Filmaffinity.
Con esta premisa, Eneko Sagardoy (Durango, 1994) con la ayuda, frente a la cámara, de las impresionantes Elena Irureta y Miren Gaztañaga, construye un cortometraje que funciona como una olla a presión.
El euskara sonó en la sala 2 del cine Albéniz, Betiko Gaua era el primer proyecto que se reproducía en la categoría Ficción Sección Oficial de la noche del sábado en el Festival de Málaga 2024.
Con una calidad técnica impresionante, Betiko Gaua nos mete de lleno en el coche de Miren (Miren Gaztañaga), en una narrativa inmersiva que busca crear sensaciones, plantear conflictos y generar debate en los propios espectadores. Sagardoy se aleja de las normas de la narrativa clásica, o de las historias al uso y explora al máximo el formato del cortometraje, enseñando y de alguna manera, reivindicando, que los cortos no es cine en pequeño, que no son historias que no han llegado a un largometraje o bien por falta de recursos o bien por incapacidad del guion, sino que es cine en mayúsculas.
Haciendo de los diecisiete minutos de metraje un terreno para contar, exponerse, romperse y reconstruirse, pero sobre todo, un terreno donde explorar y experimentar con el lenguaje cinematográfico. Un debut que muestra las virtudes de un gran cineasta en potencia que abre una ventana a un universo con personalidad propia del que esperamos saber más.
La gran ovación durante los títulos de crédito le auguran un largo camino en el circuito de los festivales, gane o no gane en Málaga.
