Adaptarnos a los nuevos paradigmas para cuidar el medioambiente
Sor M. Olatz
Es importante darnos cuenta de que ya hace unos pocos años pasamos a un nuevo milenio y que no podemos estar toda la vida con añoranzas del pasado porque todo era mejor y no como ahora que casi todo lo hacemos mal, nada va derecho, somos unos retorcidos y no sé cuántas cosas más…; pues no creo que es así, la persona ahora y siempre ha estado fluctuando entre sus luces y sombras, con sus buenos deseos y otros no tan buenos, “¡Ay! ¡Ya he fallado otra vez! Con los buenos propósitos que tenía…”.
Si observamos, por ejemplo, esta situación del cambio climático vemos que estamos metidos en un serio problema en parte por la cantidad de CO2 que enviamos a la atmósfera por las nuevas tecnologías que han surgido debido a los progresos científicos básicamente.
Hace muchos años que nos están diciendo que la capa de ozono tiene grandes agujeros que hace que por ellos traspasen los rayos infrarrojos y otros que perjudican seriamente a las personas y a todos los seres vivos y vemos que los problemas no van a mejor o por desconocimiento y también por cuestiones económico- políticos.
En la revista Concilium que hace muchos años solía leer ya decía L. Boff ex franciscano brasileño que, por el camino que íbamos la madre Tierra el bello planeta azul (Gaia), no podría resistir el mal trato que le estábamos dando debido a las poluciones que sin ningún reparo se enviaban hacia la atmósfera y capas superiores.
Yo digo que Boff no andaba desacertado. Últimamente estamos observando desoladamente los destrozos, muertes de personas, animales, grandes pérdidas materiales, por gota fría aquí y allí y cada vez se están repitiendo con mayor frecuencia estas situaciones.
Decimos, y será cierto, que a pesar de tantas reuniones: Cumbres, simposios, congresos…. No consiguen dar soluciones importantes y sabemos que son muy necesarias. No creo que debamos quedarnos echando la culpa a los demás y conformarnos con eso sino hacer todo lo que está en nuestras manos en todo momento.
Los que dicen que las palabras mueven y el ejemplo arrastra tienen toda la razón, desde mi punto de vista. Si tengo una mala intención y el que va delante de mí actúa correctamente seguro que me crea una interrogante y me hace reflexionar, incluso hasta me avergüenzo y lo que iba a ir al suelo lo tiro a la papelera o al lugar correcto.
Todo esto me recuerda al filósofo y también pedagogo Rousseau. Venía a decir que el niño nace sin ningún condicionamiento, en estado puro, o sea sin trampas. Pues no les demos malos ejemplos sino que les orientemos por el camino de los nuevos paradigmas y enseñémosles un camino positivo y que les haga ser alegres en la aventura que comienzan.
Tenemos que ser responsables en nuestras actuaciones sin esperar a que hagan los demás lo que tenemos en mente, los políticos, no, empezar ya desde la práctica, cometeremos errores, pero si del error sacamos conclusiones positivas bienvenido sea. Entonces, practiquemos, probemos, pero sin desanimarnos, mantener continuamente los ojos abiertos, observando, creando, probando alternativas, innovando, una idea trae otra y muchas…
Recuerdo que hace bastantes años mi sobrina fue con su aita en la embarcación en plan de pesca submarina. El padre cogió un bote de Coca Cola y cuando el bote vacío se veía que iba dirección a la mar, la hija, mi sobrina, reaccionó: «Ez! Aita!». Pusieron una bolsa dentro de la embarcación para echar todas las basuras. Aquella lección de la hija para su aita fue eficaz y a día de hoy sigue en pie.
Una antigua alumna me dijo: voy con mi ama a la playa y como vio plásticos y basuras en la arena cogió una bolsa y se puso a recoger, y a la hija no le quedó más remedio que acompañar a su ama en la recogida, pero dieron ejemplo a los que estaban tomando el sol sin ninguna duda. Claro, era profesora y conocía muy bien aquello de: erosión, transporte y sedimentación.
Estos dos ejemplos me hacen pensar que la educación es súper importante. Desde pequeños debemos enseñar a los niños y niñas estos nuevos paradigmas en que estamos ya inmersos además de las nuevas disciplinas que se están investigando y desarrollando.
Por lo tanto, tenemos que enseñarles a que piensen que vivimos en sociedad y que tenemos que desear para los demás lo que deseamos para nosotros, colaborar con todos porque todos vivimos en una misma Casa somos Uno dentro de la diversidad y el pluralismo.
Si yo estoy bien debo desear sinceramente que todos estén bien. Cuanto más piense en el bienestar de los otros mi alegría y felicidad van en aumento.
Estamos en época de colaborar, sin esperar a que llegue una gran hecatombe, comenzar ya desde las nuevas técnicas, con sus nuevos métodos y trabajar organizados poniéndonos al día. En vez de pensar en mi “Yo” ir buscando por medio de la observación y la atención el estar despiertos para encontrar los valores que tienen los demás.
Esto nos lleva a trabajar en equipo a saber dialogar para encontrar soluciones positivas ante las dificultades que tenemos diariamente como los abusos sexuales, falta de trabajo y/o no debidamente remunerado, ayudas para investigaciones de todo tipo para que podamos vivir con más igualdad y ello nos hará ser más alegres y felices.