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Los burgaleses El Nido arriban con su folclore revitalizado esta tarde a la ermita de San Antonio de Olakueta

IBAN GORRITI

KULTURA BERRIZ

Las fiestas de Berriz de invierno abre hoy sus brazos a la música de El Nido, grupo de folclore remozado del barrio Gamonal, de Burgos capital. Tras 80 conciertos, el cuarteto ha ido captando la atención del público que gusta de la revitalización de la música tradicional. El guitarrista de la formación, Rodrigo, comunica que han tocado en los últimos tiempos en Ermua, Artea, Donostia… «En una ocasión dormimos en Urkiola y nos pareció flipante. Nos encanta», subraya este músico de madre natural de Legazpia. Actúan esta tarde de miércoles en la ermita de San Antonio de Olakueta a partir de las 19.00 horas.

El nido. CLAUDIO RIVERO

La música de El Nido parte de los sonidos y ritmos de la música tradicional. Así, sus canciones destacan por su acercamiento moderno y actualizado al folclore, con mensajes vitalistas y de reflexión en las letras. En diciembre de 2022 vio la luz su segundo álbum, Refugios a cielo abierto, producido por Diego Galaz, en el que los ritmos de ajechao, jota y rueda burgalesa, y el timbre del pandero cuadrado de Peñaparda, la sartén y la lata de pimentón toman la personalidad de los problemas más actuales. Ya en 2020 publicaron su primer álbum, Huella y camino desde la autogestión. La gira del disco, pese a la pandemia, les llevó a salas por todo el Estado, haciendo sold outs en las presentaciones oficiales de Burgos, Valladolid, Madrid y Barcelona.

Hoy, quienes han grabado canciones propias junto a La M.O.D.A. -grupo vecino para el que abrieron concierto en el WiZink Center-, Pedro Pastor, Arianda Rubio o Lina e Lola,  actúan en una ermita. «Es un formato bastante chulo tocar en el interior de una ermita. Es más cercano con una acústica propia», enfatiza Rodrigo quien agradece que esta actualización de la música tradicional esté obteniendo más reconocimiento. «Es importante porque nos lleva a saber quiénes somos. Cando la gente emigra a las ciudades esto se perdía. Estas canciones son nuestra identidad, de la de los que ahora rondamos los 30 años».

De hecho, uno de los componentes de El Nido es hijo de un músico del grupo histórico del folclore llamado Orégano. «Hemos encontrado un nicho musical que busca la belleza y la identidad», detalla quien a mediodía llegaba a Valladolid a una entrevista y a continuación pondrá rumbo a Berriz. Recuerden esta misma tarde, a las siete, en la ermita de San Antonio de Berriz. El Nido es uno de los grupos estatales revelación de la regeneración del folclore de raíz.

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