Geu Be, jóvenes cocineros en su salsa en Saltsan

Texto y fotos | I. Gorriti

Henry Ford escribió una cita para chuparse los dedos: «Si hay un secreto del buen éxito, reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio». Desde ese prisma humanista, empático, la asociación de familias con necesidades especiales Geu Be ha maridado una nueva ilusión con la también nueva de un cocinero que los 365 días del año vive en su salsa. Chavales, monitores y el profesional Iñaki Uribe se han reunido dos tardes de esta semana para como con levadura hacer crecer sus sueños.

Todos los jóvenes, con diferentes capacidades, se colgaron el delantal de la tienda de catering y vinos Saltsan (Kurutziaga kalea, de Durango), para sobre sus fogones meterse en harina y manos a la masa cocinar unos profiteroles de nata y crema con salsa de chocolate y, a continuación, una ensalada que entre patata, zanahoria… poder gritar aquello de «¡Viva Rusia!«.

La alegría era continua. Geu Be siempre se ha caracterizado por ser una asociación en la que se vive todo con una naturalidad de la que el resto de la sociedad debía envidiar. Todos suman. Ellas y ellos son inclusivos como nadie. Y por desgracia, esto no es un tópico.

El bolígrafo recoge sobre papel impresiones de Álex Amezua, de Oier Domarco, de Eukene González, Elizabeth Santana, Unai Sagastabeitia y, también, de Ezozi Aizpitarte o Lorea Zelaieta. Todos ellos coinciden en que en casa no hacen ni ayudan en las labores de cocina, sin embargo, casualidad, también todos mantienen que se lo pasan «de maravilla», como aporta Álex Amezua. Oier se muestra dispuesto como el anterior a «ayudar a cocinar a partir de ahora. Yo me encargo de hacer los txutxos«, en referencia a los profiteroles.

| «¡Son unos artistas!» | «Yo también hago poco en casa», admite la monitora Eukene. «Esto es muy interesante. Aprendes y que los chavales vean que pueden hacer más de lo que se piensa: que pueden ayudar, que son capaces. Eso es súper importante», analiza mientras corta una patata cocida. «¡Son unos artistas!», condimenta Iñaki Uribe, mientras suda el que más en un proyecto que él ha presentado a Geu Be y que le produce especial ilusión. «Es algo nuevo también para mí y mejor no podía salir. Lo repetiremos, además de próximos nuevos proyectos que tenemos en Saltsan», pone la guinda.

El resto continúa aprendiendo trucos, cómo se hace qué… «Mis padres son cocineros y yo no hago nada de nada», sonríe Elizabeth, monitora satisfecha que asegura que «está siendo una experiencia muy bonita, muy buena». Llegados a ese punto, Unai y Álex Hurtado sin levantar la voz, recuerdan a sus compañeros de asociación que «nosotros sí hacemos cosas porque en clase tenemos asignatura de cocina».

Aún así, Ezozi comparte con el resto la idea de que «es algo nuevo para la mayoría, y algo que hay que repetir. Se divierten mucho. Es interesante», apostilla. Antes de sacar los profiteroles del horno, Lorea sentencia: «Dana super ondo!» Antes de la foto de familia para el recuerdo de aquella primera vez… Uribe les indica que una vez todo bien preparado, se llevarán a casa lo cocinado. «¡Qué buena!», salta espontáneo Álex y lo argumenta: «¡Ya no hay que hacer cena en casa», hace reír al resto. El ambiente entre todos y la disposición es unánime.

| Compartir capacidades | Los pinches por un día de Saltsan son seguidores de programas como ‘Máster Chef’ o ‘Top Chef’. Al cocinero profesional, a Iñaki, estos programas no le aportan buenos sabores en su paladar. «Hacen bien y mal. No me gustan. Tiene bueno que están haciendo que se hable de la cocina, pero siempre buscando el reality, el show», valora y va más allá en su reflexión: «Además, los chavales concursantes salen de la escuela y ya se creen Arzak. Les piden, además, que hagan una espuma de lentejas, cuando primero tienen que aprender a hacer unas buenas lentejas», expone Uribe mientras el grupo de hoy continúa educado, en su sitio, con sus labores de fogón. Cada uno compartiendo sus capacidades, las de la naturalidad.

Grupo del primer día. | PHOTO | Geu Be