¡Viva el virus!
Rafael Hidalgo
Chesterton era un escritor inglés que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX y era conocido tanto por su obra literaria como por lo agudo de sus citas.
Los recientes acontecimientos acaecidos por la inobservancia de las normas establecidas para evitar la propagación del covid-19 por parte de elevados grupos de personas, me llevan a recordar un par de ellas. Una de ellas sale al paso de clasificar a todo el mundo joven como infractor máximo del desmadre que se está produciendo por la celebración de fiestas, botellones, reuniones sociales, asistencia a bares, terrazas de los mismos y restaurantes- por no citar sino unas cuantas referencias -en las que no se guardan las distancias de seguridad y la utilización de las mascarillas protectoras además de prodigar abrazos y otros contactos.
No sería justo condenar a todos los jóvenes de esta forma de hacer generalizando su culpa y a tal respeto el citado Chesterton a la pregunta que le hizo un periodista sobre la opinión que le merecían los ingleses (que se puede extrapolar a nuestra juventud), manifestó que «no podía contestar a esa pregunta toda vez que no conocía a todos sus compatriotas».
No son todos los jóvenes -y menos jóvenes- los que se se manifiestan de manera tan irresponsable lo que debe llevar a preguntarnos ¿por qué hacen lo que hacen? Y aquí caben muchas posibilidades, tales como, la ignorancia, el egoísmo, la irresponsabilidad, los hábitos de comportamiento muy arraigados, el mal entendido concepto de la rebeldía (por favor, no prohíban tanto que no doy abasto a desobedecer a todo), el, a mi estas cosas no me pasan, sin pensar en que pueden contagiar a los demás, la apelación al ejercicio de sus derechos de ciudadanos a hacer lo que les venga en gana y este punto enlaza con el segundo pensamiento del inglés cuando manifestó a que «tener derecho a hacer algo no es para nada igual a tener razón para hacerlo».
Más vale que este reducido grupo de personas – educido pero más que suficiente para provocar un grave problema al resto de la población entre en razón porque sino esto puede acabar mal, muy mal.