Osaba José Ramón, nunca olvidaré tus recomendaciones

Asier Isasti

«No quisiera decir que hoy es un día triste, creo que es todo lo contrario. Tuve la oportunidad desde niño de conocer a una persona singular, especial y muy avanzado para su época. En estos momentos, me alegro de haber podido disfrutar de su compañía. José Ramón Castillo era una persona muy agradecida y disfrutaba de las pequeñas cosas que ofrece la vida. Le gustaba la música clásica (Bach, Mozart, Beethoven,…), aunque yo le solía poner Su Ta Gar y él me comentaba que con los años iba a aprender a escuchar buena música.

Le gustaba la tranquilidad, trabajaba por las noches, ya que durante el día decía que con la gente no se concentraba. Era ecologista, contrario al coche -no tenía carnet de conducir- y a favor del uso de la bicicleta.

Euskaltzalea zen, beti euskara zeukan ezpainetan, eta gainera durangar euskara, berak esaten zuen ez zekiela euskaraz idazten baina idazten zuenean liluratzen ninduen. «H» gabeko euskara zen, betikoa.

Pero, de lo que nos acordaremos será que siempre andaba sobre una bicicleta. Una bicicleta vieja, con alforjas, guardabarros,… Y lo podrías encontrar casi a cualquier hora en cualquier lugar. Me acuerdo que una vez me dijo un compañero de trabajo: «Tú eres sobrino de Castillo, ¿no? Un año fui con mi mujer a Francia y estábamos subiendo con el coche un puerto y de repente vi una bicicleta que me sonaba, di la vuelta y era Castillo, no me lo podía imaginar».

Castillo junto a su sobrino Asier y amigos en Urbia. | PHOTO | Cedida por Asier Isasti

En cualquier lugar aparecía. Conocía cada rincón de Bizkaia. Cualquier txoko. Preguntaras lo que preguntaras. Y mira que intenté que fallara buscando sitios imposibles del territorio histórico y el respondiéndome dónde se encontraba, cómo se iba y cómo estaba la carretera y los alrededores.

Le gustaba sacar fotos, en cada salida llevaba su cámara para plasmar el momento. No era amante de la televisión, para él ‘La caja tonta’ ni el deporte profesional  «Negocio que atonta a las masas», solía enfatizar.

Era de leer a grandes escritores y cuando descubrió internet le maravilló, ya que podía buscar lo que quisiera. Me acuerdo de todo esto, saboreo cada momento que pasé con él y hoy con todo el tiempo que tengo a mi disposición en poder pensar en todas las cosas que me ofreció, me enorgullezco de haberle conocido, de haber aprendido muchas cosas de él.

Nunca me olvidaré de sus recomendaciones.

Su cuerpo ha podido desaparecer para no volver a ver nunca jamás, pero su esencia quedará y perdurará. Bidai ederra izan osaba. Goian Bego».

* Asier Isasti (Durango, 1977) es sobrino de José Ramón Castillo.