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Salario de 1,65 millones de euros al año

RAFA HIDALGO
Rafael Hidalgo

1,65 millones de euros al año. Ese es el salario que se ha aprobado para el vicepresidente de Caixa Bank en su reciente Junta General de accionistas, salario que al Presidente de la patronal española, la CEOE, le ha parecido justo, ya que según ha  manifestado, «estamos en Europa y en Europa se juega así». Sin entrar a averiguar si en Europa se juega así o no, y dejando a un lado que estamos en Europa cuando solo nos interesa, lo que parece impresentable, por obsceno, es que al vice de ese banco le paguen un salario que dividido entre los 40.000 euros año que puede ser el salario bruto medio (ejecutivos aparte) de un empleado de la entidad, dé un cociente (más de 41) que clama al cielo por desvergonzado.

Tras la crisis del 2008 la banca ha venido estando siempre en candelero. Por las ayudas a la misma para salvarla de la bancarrota -73.000 millones de euros -, por su pérdida de rentabilidad porque las reglas del juego han cambiado, por el adelgazamiento de sus plantillas, por los salarios de sus figuras de relumbrón…. y a la búsqueda y captura de la rentabilidad perdida, se han lanzado a una decidida reducción de sus costes entre los que por supuesto no se encuentran los salarios de su cúpula directiva, porque hasta ahí podríamos llegar, manifestarán los mismos.

Reducción que se concreta en una política de fusiones en pro de las economías de escala, del cobro de comisiones a los clientes por los servicios que presta a los que solo queda por cobrar la entrada a las cada vez menos oficinas abiertas, de la digitalización de sus procesos, del cierre de sucursales (CaixaBank ha cerrado 1 de cada 4 y los demás barandas del sector no han ido a la zaga), de despidos masivos (18.000 para este año, de los cuales casi la mitad corresponderán a esa entidad, habiendo desaparecido en la última década 1 de cada 3 empleados del total del sector).

Pero curiosamente todo esto está sucediendo en un país que crecientemente se está decantando por una línea económica neoliberal hasta el tuétano, pero menos, porque hay que recordar 1). Que el Estado, es decir, nosotros los contribuyentes, rescatamos a la banca de su bancarrota con 73.000 millones de euros. 2). Que los depósitos que gestiona hoy la Banca ascienden a 1,07 billones de euros y están garantizados por el Estado ya que en el 2.008 la garantía individual a los clientes pasó de 20.000 a 100.000 euros, que son los que recibirá en compensación cada cliente si el banco tenedor hiciera crack. O sea, estamos metidos de hoz y coz en una economía de corte neoliberal donde los cuartos se los juega, no los ejecutivos y accionistas de los bancos, sino en última instancia el Estado que es el que pone el dinero para que la rueda siga girando y es el garante, hasta los 100.000 euros a los impositores individuales.

Siguiendo con las disonancias de este sistema híbrido en el que estamos montados, resulta que esta fusión entre la Caixa y Bankia, se hace entre dos entidades que están ganando dinero, que a la segunda se le inyectaron 23.465 millones de euros para que siguiera viviendo (de los que se ignora cuantos se recuperarán) tras la golfería de la gestión a la que dio lugar su quiebra, va, se asocia con la Caixa y lo primero que hacen es un plan para poner en la calle a 8.291 trabajadores para «aligerar» sus costes y «arreglar» el sueldo de sus ejecutivos y al no haber impuesto el Gobierno condición alguna para su fusión respeto al mantenimiento de las plantillas, ahora solo puede este patalear y en paralelo pedir prudencia.

 

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