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Saibigain: zona protegida testigo de cruentas batallas hace 78 años

Mikel Garaizabal

Mikel Garaizabal

El monte Saibigain (946m) es uno de los lugares con más historia y mejores vistas del Durangaldea. Su cima, que pertenece a la anteiglesia de Abadiño y hace divisoria de aguas entre el mar mediterráneo y el cantábrico, está dentro del Parque Natural de Urkiola y está declarada Bien Calificado con la categoría de Conjunto Monumental del Megalítico por el Gobierno Vasco. La razón por la que está declarada Conjunto Monumental, se debe a que en el año 1979, J. Sarachaga, descubrió el dólmen de Saiputzueta. Este dólmen, que está situado a unos 300m de la cima del Saibigain hacia la ladera sur, esconde en su interior un misterio mágico totalmente desconocido.

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Saibigain. | PHOTO | Txo

Nuestros antepasados que habitaban en Saibigain, conocidos como Jentilak, construían poblados en los altos de las montañas y habitaban en grupos dedicándose principalmente a la caza. Éstos, levantaban dólmenes como es el caso de Saiputzueta para enterrar a sus muertos de una forma colectiva. En el caso de Durangaldea, hay varios dólmenes situados dentro del Parque Natural de Urkiola, como también los hay en el entorno de Oiz, localizados, principalmente, en los términos municipales de Berriz y Mallabia. Durante miles de años, estos poblados situados en estos altos, superaron dificultades que hubieran podido significar el fin de su existencia.

Pues bien, en Saibigain, en toda esa zona declarada hoy en día como Conjunto Monumental, el 14 de abril de 1937, se produjo la última batalla  entre las tropas del golpista Mola y el Ejército de Euzkadi que defendía suelo vasco.

Primavera de 1937: empieza el ataque franquista por la conquista de Bizkaia.

Con la llegada de la primavera, los golpistas Franco y Mola, pusieron toda la atención en conquistar Bizkaia y en hacer su Cruzada particular utilizando para ello, principalmente, a las Brigadas de Navarra, a la aviación italiana, aviación alemana y soldados marroquíes. Para entrar militarmente en Bizkaia, primero querían controlar la entrada principal que había sido durante siglos territorio vizcaíno o salida hacia la llanada alavesa, Urkiola. Y Saibigain, con sus maravillosas vistas, era el lugar idóneo para poder vigilar y controlar los distintos frentes que había tanto en la zona del Gorbea como en la de Anboto. Además, los militares franquistas sabían que, una vez de tener controlado  Saibigain, sería cuestión de tiempo conquistar militarmente  Intxorta y seguir así con su avance hasta Bilbao. En Intxorta, se sucedieron batallas desde octubre de 1936 hasta  primavera de 1937 sin avance significativo para las tropas franquistas, cosa que les producía cierta preocupación, pues tenían pensado llegar a Bilbao en pocos días.

El 31 de marzo de 1937, las Brigadas de Navarra rompieron el frente que defendían los vascos entre Gorbea y Murugain y en cinco días de duros combates llegaron cerca de los puertos de Urkiola, Barazar y Dima, provocando la retirada de unos 22 batallones del Ejército de Euzkadi. Ese mismo día, la aviación italiana bombardeó Durango y centenares de vidas quedaron sepultadas en el fango de las trincheras y bajo los escombros de Durango.

El comandante Juan Ibarrola Orueta (Laudio 1900-1976), que era Guardia Civil, leal a la República y que estaba al mando del sector de Otxandio con el Ejército de Euzkadi, se vió obligado a retirarse a Mañaria. Saibigain estaba en poder de las tropas vascas pero no sería por mucho tiempo, pues a las dos de la tarde del 6 de abril, las Brigadas de Navarra desalojaron del Saibigain a los milicianos de los batallones Gonzalez Peña y Meabe num. 2. Nada más perder  Saibigain, Juan Ibarrola preparó hasta 2 contraataques con la intención de recuperarlo, pero todo fue en vano. El 12 de abril, los batallones asturianos que se movían con sorprendente agilidad monte arriba, recuperaron la cima del Saibigain con un temporal de frío y nieve espantoso. De poco sirvió recuperar la cima. A la mañana siguiente, modernos cañones alemanes que se estrenaban AA 88mm barrieron la cima del Saibigain provocando 33 muertos, 18 desaparecidos y numerosos heridos que no pudieron ser evacuados entre los batallones asturianos. Las tropas franquistas, con la ayuda de la aviación alemana e italiana más la de la moderna artilleria pesada que disponían, producían auténticas masacres.

13 de abril: llegan el Arana Goiri (EAJ-PNV) y el Cuerpo Disciplinario a Mañaria

El Arana Goiri llegó al acuartelamiento que el Ejercito de Euzkadi tenía en  Mañaria del frente de Lekeitio, y el Disciplinario, de su base  de Portugalete. Los dos batallones se incorporarían al frente de Saibigain con el objetivo puesto en recuperar el monte para las tropas vascas. El comandante del Arana Goiri, era Felipe Bediaga Aranburu, y del Disciplinario, Amós Ruiz Girón. Bediaga era un hombre maduro, soltero y habitual en las salidas montañeras que la organización nacionalista Juventud Vasca de Bilbao organizaba antes de la guerra. Era un hombre de una gran convicción jeltzale. Bajo su mando, salió el primer batallón nacionalista vasco, el Arana Goiri, a combatir desde Bilbao a los montes cercanos de Elgoibar en septiembre de 1936. Esos primeros combates en los montes cercanos a Elgoibar entre batallones vascos y las tropas franquistas, permitió crear el primer Gobierno de Euzkadi con Agirre como Lehendakari. El padre de Bediaga era de Amorebieta-Etxano y su madre guipuzcoana, de Ezkio. Después de los combates del Arana Goiri primero en Elgoibar y despues en Intxorta, el batallón quedó descompuesto por las numerosas bajas que sufrió por lo que Bediaga se presentaba en Mañaria con un Arana Goiri renovado. El comandante del otro batallon, el del Disciplinario, era Amós Ruiz Girón. Éste, anteriormente fue jefe de la policia municipal en Eibar. Allí, confirmo su militancia socialista y a la UGT. El batallón Disciplinario lo componían hombres de todo tipo de ideología. Eran hombres que estaban cumpliendo algún tipo de condena y cabían todos: los delincuente comunes, presos derechistas, prisioneros de guerra, milicianos o gudaris arrestados. Al principio, no tenían previsto que el Disciplinario entrara en combates dado el riesgo de fuga de sus integrantes, pero visto la necesidad de hombres que había para entrar en combate, los responsables del Ejercito de Euzkadi decidieron que lo hicieran.

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Bediaga, a la izquierda de la imagen. |PHOTO | Sabino Arana Fundazioa

En la defensa del Saibigain, hace 78 años, el momento que  respiraba el Ejército de Euzkadi era crítico y tenso debido a la amenaza que sufría el avance franquista hacia Bizkaia. Debido a ese momento crítico, el Lehendakari Agirre llamó a la movilización de varias quintas con el propósito de defenderla.

Tensión interna entre Ibarrola y Bediaga

Ibarrola, jefe del sector, estaba acusando el cansancio de los días previos y estaba totalmente irritado y nervioso cuando llegaron Bediaga y Ruiz Girón con sus hombres a Mañaria. En la reunión que mantuvieron Ibarrola, jefe del sector, con Bediaga y Ruiz Girón se incorporó Valeriano Marquina, que era un comunista recien llegado de la defensa de Madrid y ejercía de jefe del Estado Mayor. La voz cantante en la reunión que estaban preparando el contraataque al Saibigain lo llevaba Ibarrola. La situación era la siguiente: la cima estaba en manos de los franquistas, y en las peñas de Artzate, cerca del Eskubaratz, estaban varios batallones, principalmente asturianos y socialistas, que defendían esa zona en nombre del Ejército de Euzkadi. El tiempo era muy malo. Hacía mucho frío y nevaba en toda la zona del frente. Y a todo esto, en Mañaria, Ibarrola empezó a describir el desarrollo de la operación que sería llevada a cabo el 14 de abril. Ibarrola ordenó que sería el Arana Goiri el batallón que asaltaría la cima del Saibigain, precedida de un ataque de artillería desde Eskubaratz y que el Disciplinario cubriría el lado derecho a la cima. Cuando Ibarrola terminó el planteamiento, Bediaga intervino diciendo que el tiempo era de temporal y frío intenso, por lo que consideraba pertinente aplazar la operación. Esta consideración hecha por Bediaga sacó de las casillas a Ibarrola, que le ordenó que preparara a sus hombres para el ataque. Bediaga y sus hombres eran plenamente consciente a donde íban, por lo que una hora más tarde insistió Bediaga y se presentó ante Ibarrola y el jefe del Estado Mayor solicitando un aplazamiento de la operación debido al temporal intenso que había en la zona. Fue entonces cuando Ibarrola insinuó de actitud cobarde a Bediaga, a lo que éste contestó: “Mañana le demostraremos que no lo somos. Yo, como el resto de oficiales, avanzaremos los primeros como lo hacen todos los batallones vascos y le doy mi palabra de honor de que tomaremos la posición o nos dejaremos la vida en el empeño”.

14 de abril. Último ataque

Los protagonistas del último ataque al Saibigain, el Arana Goiri y el Disciplinario, abandonaron Mañaria al amanecer iniciando el ascenso por Eskubaratz. Al mediodía, llegaron a las peñas de Oba donde se encontraban distintos batallones del Ejercito de Euzkadi. En ese punto y con un fuerte temporal de frío y nieve, Bediaga y Ruiz Girón ultimaron los detalles de lo que sería la operación. Después de finalizar los preparativos, Bediaga y Ruiz Girón se fundieron en un abrazo afectuoso y se despidieron. Una vez de despedirse, Bediaga reunió a todos sus hombres y al capellán del Arana Goiri, Benito Apoita. Éste, bendijo a todos los integrantes del batallón. Apoita era un pasionista natural de Ziortza-Bolibar que ejercía de capellán en el Arana Goiri. Los batallones de EAJ-PNV, disponían de capellanes, los cuales bendecían a los gudaris, oficiaban misa o atendían a los heridos.

| Trincheras en el Saibigain | Con todos estos antecedentes, los gudaris iniciaron el último ascenso hacia  la cima cubiertos por la niebla. De esa manera, llegaron donde se encontraban las alambradas que habían puesto los soldados franquistas sin ser vistos por éstos. En el momento en que se levantó la niebla, quedaron a la vista de los soldados franquistas que estaban en la cima del Saibigain. Fue entonces cuando todos los oficiales del Arana Goiri se pusieron por delante de sus hombres que empezaron a  subir monte arriba en medio de las balas causando bajas a cada instante. El comandante Bediaga, pistola en mano, se incorporó al ataque y llegó hasta la cima en compañía del gudari Satur Arias, que le ayudó a cambiar la bandera bicolor por la ikurriña. En ese momento, Bediago cayó muerto por una bala; su cadaver como el de otros muchos gudaris que cayeron ese día nunca serían recuperados. Todos los oficiales del Arana Goiri fueron muertos o heridos. En un momento dado, visto la situación de emergencia debido a que todos los oficiales del Arana Goiri estaban muertos o heridos y no podían ejercer el mando sobre el batallon, le pidieron al pasionista Benito Apoita que tomará el control del Arana Goiri, por lo que éste se negó, aludiendo que tenía que atender a los heridos.

Efectivamente, Bediaga y sus hombres cumplieron su palabra, pero el desgaste que sufrieron fue terrible. Muchas vidas, más de 50 del Arana Goiri y en torno a 9 del Disciplinario, murieron en los combates. Debido al temporal, muchos heridos murieron por la noche de frío. Recuperaron el Saibigain, pero solo fue por unas horas. Al amanecer del día 15 de abril, a la cima del Saibigain acudieron batallones socialistas con la idea de defenderla. Ese día, el cielo amaneció con bastante claridad.  Las posiciones de la potente artilleria franquista se encontraba en lo que es el antiguo aeropuerto de Dima. Por allí, también se encontraban los golpistas Franco, Mola y el teniento coronel Rafael García Valiño. La artillería más la aviación,  causaron una vez más una masacre sobre el Saibigain, causando muchas bajas en las filas del Ejercito de Euzkadi que permanecían en la cima . Después del ataque de la artillería y la aviación, los soldados franquistas que se encontraban en la ladera sur del Saibigain, atacaron la cima y de nuevo llegaron a colocar su bandera, apoderándose de esa manera del monte.

José Arteche, que fue testigo y luchó con los golpistas, añadió lo siguiente en su diario con fecha de 16 de abril:

“..Algo más arriba, un revuelto montón de cadáveres de gudaris, casi todos boca abajo. La lluvia diluye el rojo de sus camisas tintas en sangre. Algunos detentan detentes al pecho; del bolsillo de otro asoma un librito piadoso…Y según se sube, muchos más cadaveres todavía, gudaris y soldados en montones confusos y con los brazos en cruz. Los cadaveres no se acometen, se abrazan. Los hombres no se reconcilian sino en la muerte..”

 

 

 

 

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