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Saber decir ‘No’: Vivir asertivamente y en verdad

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Sor M. Olatz

El psicólogo y escritor americano Wayne Dyer mantiene que cuando quiero decir “No” y digo “Sí” me siento mal. Él aconseja en estos casos ser  asertivos, es decir, ir con la verdad. Ser valientes de esa forma  la otra persona se fía más de la coherencia en nuestra forma de actuar  que del querer quedar bien. Lo que hacemos de  mala gana interiormente,  se refleja al exterior.

Da la impresión que si te piden un favor y dices no, por  motivos de peso, vas a ser antipática, pero a la larga las personas se dan cuenta  quién te dice sí de verdad o lo está haciendo a regañadientes por no decir “ahora no puedo”. Al fin llegas a la conclusión de que a esta/e se  le puede pedir un favor porque sabes que siempre te dirá la verdad. Se trata de saber negarse cuando hay motivos serios reales.  En esos casos diremos  “no” sin herir, hacer daño, con educación, confianza y cariño.

En definitiva las personas coherentes, que viven en verdad, son francas en sus respuestas,  actúan con confianza porque saben que son comprendidas y queridas.

Nos dice el teólogo Martínez Lozano que Jesús de Nazareth decía: “Sólo la verdad nos salva”. El ejemplo más cercano que tengo en mí es el de nuestro aita, nunca le oí una mentira. Siempre andaba con la verdad por delante, él era así. En Zarautz el día de Inocentes (allá por  1.954 más menos)  hubo una mala mar (mareas vivas y fuertes) con grandes olas al estilo del 2º domingo de la regata de la Concha de este año ¡qué precioso!. La mar hizo averías en las cafeterías del malecón y mi padre que era madrugador nos contó lo que había pasado, nosotras, sobre todo yo y la que me sigue, le decíamos: “aita Inuzente eguna dalaaa!!!; hasta que nos dimos cuenta que iba en serio. Entonces corriendo nos fuimos hacia el mirador de la Munoa y luego hacia  la playa a ver los destrozos.

Estos ejemplos o genes los he heredado, los  tenemos para siempre a no ser que un miedo fuerte nos haga mentir; para mí eso sería otra cosa muy distinta.

Un psicólogo nos decía  que en un  libro del escritor y filósofo J. Cortazar: dos hermanos chica/o  (también puede que fueran un matrimonio) vivían en una gran mansión con muchos departamentos. A ella le gusta un capricho o él se va un día con alguna amiga,  situaciones que se ocultan al otro/a,  hay que callarlo, ni una palabra, es decir se cierra una puerta.  A partir de ahí, otra y otra… hasta que el piso de arriba queda totalmente cerrado, así sucesivamente hasta que llega un momento que según Cortazar se quedan los dos viviendo en la cocina.

Cuando se llega a estas situaciones de engaño, por lo general ya es tarde para solucionarlo. Las conversaciones se reducen a temas banales, como las típicas de ascensor (el tiempo, el fútbol y poco más). Se acaba la comunicación ninguno se fía del otro porque hay muchos temas que no se pueden abordar.

También nos decía que hay personas que según con quien hablan dicen a,  b, c…, y así recorren casi todo el abecedario. Llega un momento que ni ellas  saben cuál es su propio pensamiento. Yo me quedé poco menos que petrificada, no podía comprender que pudiera ocurrir eso; pero ahora sí lo comprendo; no eres asertiva y vas por la vida diciendo lo que en el momento te conviene. Yo lo veo muy deplorable. Hay que callar cuando algo no se quiere decir o no se debe decir; pero se vive más feliz siendo  asertiva.

¿A quién no le ha pasado esto? En mi vida de educadora he visto unos ejemplos buenísimos. La clásica coherente que nunca miente: “Quién ha sidooo? ¡Yo! y te desarmaba totalmente… Ah…”; otras veces callaban todas para encubrir a la compañera que no decía ni pío. Gran compañerismo. La compañera que callaba quizá lo haría por miedo a que le viniera una bronca y ante eso, pues lo que he dicho antes  me encuentro en un ambiente rodeada de gente que miente y no me doy cuenta es el miedo. Mi potencial de supervivencia se reduce. Estoy en situación negativa. No puedo crecer. Entonces mi verdad no es verdad. Hay fuerzas que quieren tenernos engañadas/os.

¿De dónde nos pueden venir los datos falsos? creo que  de personas potentes que les interesa que estemos en potenciales reducidos.  Información del mundo académico, social, profesional, económico, y otros etc.

La libertad de pensamiento no nos la pueden quitar. No dejemos de estar al día, vivamos aprendiendo todo lo que podamos  para que nuestra personalidad tenga un rico potencial y seamos menos vulnerables en nuestra vida  y en  nuestra verdad. Aquí entrarían todas nuestras estrategias, pues  tenemos más de lo que pensamos debemos activar nuestra creatividad continuamente…

Lo que me decía mi amigo Iñaki, cuyos cuatro hijos/as estudiaron en nuestro cole y tiene nietos/as: “¿Cómo no vamos a  ayudar  a  los más desfavorecidos que no tienen ni una comida al día? .(Gauzak hórrela ikusita ezin da bat lasai egon)”.  Me hablaba también del Papa Francisco, cómo está sin parar queriendo y buscando la paz para todos, la dignidad para cada persona, etc.  Iñaki también se  involucra en las necesidades de los más necesitados y trabaja como solidario en una ONG.

Todos queremos y pensamos en  la misericordia, el amor, la compresión, educación, entrañas de madre, etc. todo ello es  posible en este mundo y eso tenemos que tratar de conseguir dando pasos pequeños que si son muchos se convierten en grandes.

A mi amigo Iñaki  le gustan ejemplos que cada uno/a ha vivido; al fin son experiencias y recuerdos y si son buenos mucho mejor. ¿Quién no tiene unos buenos recuerdos que al comentarlos  en momentos un poco difíciles le ayudan a seguir adelante con ilusión y humor?

Según José Ellacuria  nuestra ética dice: “Haz más el bien”; pero nunca dice “haz menos daño”.

Bizi dezagun poza eta maitasuna guretzat eta hori besteentzat ere biurtuko da benetako indarrean osmosis bidean edo al dan bezela kontagiatu egingo degu.

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