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Ranking de deportes de riesgo: ¿Necesidad de soltar adrenalina?

Pablo Aranda 1

Pablo Aranda

Los Deportes de riesgo son aquellos deportes o actividades de ocio que presentan un peligro real o aparente. Estas disciplinas se realizan en difíciles o extremas condiciones. En este grupo entran muchos deportes ya existentes que implican cierta dosis de exigencia física y sobre todo, mental. Por ejemplo, se incluyen los deportes más exigentes dentro del excursionismo, escalada en hielo, escalada en roca, y otros de reciente creación como bungee, snowboard, etc.

Un deporte  no extremo  se puede definir como deporte de riesgo si se practica bajo condiciones especiales o circunstancias particulares no habituales en el. Por ejemplo, la escalada en roca a unos centímetros del suelo (boulder) no está considerado como «deporte extremo», pero si se realiza en una pared vertical rocosa a cientos de metros de altura, entonces sí es considerado como tal.

También se puede considerar que una persona practica un «deporte extremo» cuando lo hace por primera vez. Por ejemplo, el descenso de un río de clase IV es bastante extremo para esas personas que nunca antes se habían subido a una balsa y lo sentirán como muy por encima de sus capacidades personales. Estas primeras experiencias también pueden ser llamadas “deportes de riesgo”.

Como su propio nombre indica, un deporte de riesgo entraña un peligro que puede repercutir negativamente sobre la salud. Pero todas las actividades físicas conllevan ese riesgo. Es algo que hay que tener en cuenta: la relación entre el beneficio que aporta el ejercicio y el riesgo que supone. En este caso, depende de cada disciplina.

En los deportes de riesgo, suele haber más trances que beneficios, pero aquellos se pueden minimizar. Por ejemplo, el descenso de aguas bravas, aunque es un deporte olímpico, también es una disciplina de riesgo, porque existe la posibilidad de que a uno lo arrastre la corriente o de chocar contra alguna roca. Por eso, ahora se hace en una piscina que simula un río peligroso, con lo que el peligro queda controlado. Este deporte en concreto sí tiene más beneficios físicos que otras actividades homólogas, porque precisa de una gran preparación corporal.

Hay otras modalidades de riesgo que también proporcionan un beneficio físico muy claro. El montañismo de alta altura es un ejemplo: es muy peligroso, tal como muestran los datos, pero la preparación previa a la que se someten los montañistas sí beneficia al cuerpo, pues tienen que entrenarlo para resistir en zonas con poca concentración de oxígeno. Prepararse para escalar el Everest implica una disposición cardiovascular brutal.

Otro ejemplo es el surf. Aunque quizá no se considere un deporte de riesgo en sí, existen muchos peligros, como las caídas, los choques contra las rocas, los tiburones… Pero, desde luego, tiene beneficios, porque cuando uno empieza tiene que acostumbrar a su cuerpo a mantenerse sobre una tabla, para lo cual se tardan días. Solo ese tiempo ya supone un aumento importante de fuerza, resistencia y equilibrio.

En el otro lado están los deportes de riesgo que no aportan beneficios físicos (la mayoría: paracaidismo, descenso con esquís o bicicleta por cimas de cañones, salto base, skateboard de rampas gigantes…). Aquí la satisfacción es psicológica: sus practicantes buscan la liberación de adrenalina y la sensación de haber vencido un reto.

El ranking de deportes extremos podría ser:

  1. PARACAIDISMO
  2. PUENTING (BUNGEE JUMPING)
  3. SURF
  4. SNOWBOARD
  5. MONTAÑISMO O ALPINISMO
  6. MOTOCROSS
  7. PARAPENTE
  8. RAFTING
  9. BUCEO DEPORTIVO
  10. ESQUÍ
  11. CICLISMO DE MONTAÑA
  12. SKATEBOARD
  13. KITESURF
  14. ALA DELTA
  15. ESQUÍ ACUÁTICO
  16. QUADS
  17. MOTONÁUTICA
  18. WINDSURF
  19. SANDBOARD
  20. MOTO DE NIEVE
  21. PLANEADOR O SOARING
  22. KAYAK
  23. GLOBO AEROSTÁTICO
  24. VELA
  25. CATAMARÁN
  26. LANCHA
  27. PIRAGÜISMO O CANOTAJE

Llegado este punto nos queda más o menos claro que los deportes extremos están de moda. Su filosofía parece ser la de que a mayor riesgo, mayor es la satisfacción. Adrenalina lo llaman. Y así puede ser, pero esto significa que los deportes extremos son, o pueden ser, enemigos “extremos” de la salud.

Sus principales riesgos son los asociados a velocidad, la “búsqueda” de los limites fisiológicos y la altitud, en el caso de la velocidad, cabe señalar que los accidentes propios de estas prácticas en muchos casos desembocan en la muerte o en lesiones gravísimas, ya que «la energía que se libera en el momento del impacto del cuerpo contra una superficie dura da lugar a politraumatismos muy graves».

Además de la velocidad, los riesgos pueden provenir de la búsqueda de los límites fisiológicos del ser humano. A destacar los Iron Man, que incluyen pruebas combinadas de resistencia extrema, como nadar en aguas abiertas 3,86 km de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42,2 kilómetros de carrera a pie.

Otras pruebas que rizan el rizo se conocen como ultramaratones o ultratrail de montaña. Su grado de dificultad varía y algunas se realizan entre montañas y a gran altitud. También la llamada prueba de kilómetro vertical, consistente en un trayecto de no más de cinco kilómetros, pero, eso sí, con un desnivel del terreno de más de 1.000 metros entre salida y llegada. Este tipo de pruebas requiere un entrenamiento exhaustivo y en ningún caso deben realizarse sin la preparación física y el control medico adecuados. La osadía puede pagarse cara si no nos encontramos en la forma física adecuada.

Otro de los riesgos para la salud de los deportistas viene asociado a la altitud del lugar donde se desarrolle la competición, la disminución de la presión de oxígeno, debido a la mayor altitud, es el mayor problema al que tiene que enfrentarse el organismo si no está habituado. Este hándicap obliga al cuerpo a realizar un sobreesfuerzo que puede derivar en arritmias, síncopes, accidentes cardiovasculares y hasta muerte súbita.

Así pues, los deportes de riesgo podrían dividirse en los que requieren una preparación física adecuada para realizarlos y los que no, en los primeros el control médico regular y la preparación adecuada se consideran básicos para minimizar los riesgos derivados de la exigencia física extrema de su practica. En los segundos, las ganas y en algunos casos la valentía, por llamarlo así, son lo único necesario, y en todos los casos hay que tener presentes los peligros que entraña la practica de cada uno de ellos.

*Pablo Aranda (Durango, 1975) es médico deportivo

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