Propósitos de año nuevo, excusas y salud mental
Jon Fernández
BÁSICA MENTE · Se acaba el año y empiezan las urgencias. Algo ocurre cuando el planeta Tierra pasa por este punto en su órbita alrededor del sol, que los seres humanos nos proponemos poner el marcador a cero y mejorar nuestros asuntos pendientes.
Durante estos días mucho se ha escrito y hablado sobre los propósitos de año nuevo, yo mismo he participado dando voz al Colegio de Psicólogos de Bizkaia y atendiendo a medios de comunicación que quieren saber si hacemos bien en eso de ponernos nuevos objetivos con la entrada del año. Me preguntan si tengo pautas para conseguir el éxito, que si hay algún secreto. Otros se preocupan por si no conseguir los resultados esperados nos puede frustrar tanto, tanto, tanto que podamos caer en depresión.
Y no me extrañan sus preocupaciones. Esperando la llamada de Onda Cero, oigo en la tele a una coach, que alivia las inseguridades colectivas y cede a la tentación. Se sitúa por encima de todos los presentes y asegura tener 5 pautas para conseguir el éxito en los propósitos de año nuevo. Entre otras cosas, dice que hay que ponerse una fecha de inicio y de final, especificarlo en cifras (si quiero adelgazar «¿Cuántos kilos?») y que “no valen las excusas”. Y añade “nadie ha conseguido nada con excusas”.
Así que yo, que entraba en directo 5 minutos después, no pude evitar olvidarme un poco del guión y hacer una llamada a la calma. Por supuesto que sí valen las excusas. Porque somos personas, que, como diría Rajoy, “hacen cosas” y sobre todo, a las que les pasan cosas. Cuando alguien viene a terapia y se rompe, me valen sus excusas. Cuando alguien no consigue ser esa imagen perfecta que anhela y se castiga por ello, me valen sus excusas. Sus excusas son música para mis oídos. Es salud mental. Es una batalla vencida al dictador interno con el que vivimos. Es un abrazo a nosotros mismos. “Es que no puedo seguir estudiando esto, no me gusta”, me dice alguien, y yo le agradezco la valentía.
Si hoy o dentro de un mes os proponéis hacer un cambio vital, no tengáis prisa. Aseguraos que la motivación para el cambio viene de dentro, que nace de un proceso de reflexión interna. Aseguraos sobre todo, de que ese cambio es para vosotras mismas, que el propósito es vuestro. Con demasiada frecuencia queremos cambiar lo que las demás nos quieren cambiar y quizá no es lo que nosotras necesitamos cambiar. Enfocad vuestros esfuerzos en el día a día, formulad los propósitos en presente y disfrutad del camino, que la meta Dios dirá.
Y bienaventurados los que fracasen, porque estarán viviendo.
* Jon Fernández (Iurreta, 1988 ) es psicólogo
Puedes contactar con Jon Fernández | jonferpsi@gmail.com
