París: Ninguna ‘barbarie’ en mi nombre
Mariano Villa
¡Barbarie!
Desde el viernes que ocurrieron los trágicos y tristes sucesos de París, la prensa no habla de otra cosa. En las redes sociales es el tema del que todo el mundo opina. Banderas de Francia en fotos de perfil, !Je suis París!, !L’Espagne avec vous!… Todo tipo de muestras de apoyo al pueblo francés.
Y una palabra resuena por encima de otras y es posible que se haya convertido en trending topic. ¡Barbarie! Ese vocablo es el más oído desde el pasado día en los medios de comunicación.
Por supuesto que es una barbarie, que no tiene justificación, pero ni más ni menos que tantas otras que ocurren a diario en el mundo, barbaries que, o no aparecen en los medios, o a las que nos hemos acostumbrado. Atentados en Líbano, muertos en Palestina, niños muertos de frío en campos de refugiados, refugiados sin techo, deambulando por Europa.
No hace mucho, la foto de perfil que se ponía en las redes, esa foto que hoy es la bandera de Francia, era la foto de un niño ahogado en una playa.
En esos días de septiembre, el mundo se rasgaba las vestiduras por la imagen de ese niño ahogado, al igual que hoy se las rasga por los atentados de París. Seguro que hoy nos cuesta recordar su nombre. Aylan se llamaba. Ese niño, su familia y todos los que llegaban y siguen llegando, huían de ese mismo terror que el viernes sacudió la capital francesa.
Hoy el mundo entero se vuelca con las víctimas y familiares de los muertos y heridos en París, y cuando digo el mundo entero me refiero, no sólo a esas muestras de solidaridad de los ciudadanos de a pie, que también, sino a ese apoyo incondicional al Gobierno francés del resto de gobiernos. Esos mismos gobiernos que siguen sin dar soluciones a los miles de refugiados. Esos gobiernos que siguen debatiendo los cupos que debe acoger cada uno como si de una partida de Risk se tratara.
Esos mismos gobiernos que apoyan o han apoyado guerras en las que han muerto cientos, miles de personas, y las personas son personas independientemente de donde hayan nacido. Esos mismos gobiernos que permiten que miles de personas mueran de hambre o sed. Y diréis que es demagogia, igual si, pero nadie puede decir que no sea real y que no esté ocurriendo.
Estamos en el siglo XXI, y el ser humano no ha aprendido nada.
La respuesta del Gobierno francés al atentado del viernes, avalado por la UE, por Estados Unidos y demás gobiernos ‘democráticos’, se basa en la ley del talión, ley que se aplicaba ya en la Edad Antigua y en la Edad Media. Ojo por ojo y diente por diente.
¿De verdad creemos que la violencia se combate con más violencia?
¿De verdad creemos que bombardear una ciudad no es barbarie?
¿Y los muertos civiles? ¡Ah! Serán daños colaterales, y nos quedaremos tan tranquilos.
Cuando hay una disputa, de cualquier índole, y una de las partes actúa desde la irracionalidad, la sinrazón, sin cordura, la otra parte debe poner esa cordura necesaria, actuar desde la frialdad, si no, se convertirá en una locura.
!!Nunca tomes una decisión de consecuencias permanentes basadas en emociones temporales o recientes!!
Eso es lo que ha hecho el gobierno francés, en definitiva la UE, tomar una decisión en caliente. Y esas decisiones suelen llevar a cometer errores.
Han declarado sin tapujos que están en guerra y acabaremos metidos en esa guerra sin que nadie nos pregunte.
Ninguna violencia en mi nombre, ninguna guerra en mi nombre, ninguna muerte en mi nombre.
¡Esto es una barbarie!