A por otros 99 años, gudari Moreno!
Amigo, antifascista Moreno del batallón San Andrés de STV. A ti, que como mi abuelo Esteban Gorriti fuisteis soldados del ejército vasco republicano Eusko Gudarostea del lehendakari Aguirre.
Gudari Esteban Gorriti, del batallón Enlace y Transmisiones
A falta de él, te tengo a ti como aitite. Quiero llegar a tu persona. Quiero que me leas. Te queremos porque has sido tú quien ha ido logrado que necesitemos tus llamadas, tus cartas de letra inglesa, tus sellos pagados con la pensión.
José Moreno en el Elai Alai de Portugalete. · PHOTO · Iban Gorriti
El viernes cumpliste risueños y optimistas 99 noviembres. «Jodido, pero contento», respondes cada 10 de noviembre cuando te felicitamos por teléfono. Con esta carta, además de desgastarte las orejas, me gustaría hacerte llegar la respuesta a todas esas misivas que solo Mugalari.info y Deia te publican.
¡Los señalados no tienen el valor de responderte!
No por gusto, pero me gustaría ser hoy Rajoy, López, Rabanera, Iturgaiz, Nerea Llanos, el presunto nuevo Primo de Rivera Pablo Casado, Cospedal, Mayor Oreja… y responderte punto a punto todo aquello que les echas en cara en tus epístolas, con efusividad, valentía, con la juventud de los lobos. Y saber tú y yo si quienes dejaron atado todo en 1978 tienen argumentos o solo les pesa el pasado y el parné de sus bolsillos.
80 años después quiero que nos emociones una vez más. Leerte cada poco. Seguir levantando el teléfono fines de semana y días laborables, y escuchar tu voz y que nos preguntes por nuestros hijos -por «el inglés» y el «pequeñajo»-, que carcajeemos, saber que vuelves al txoko, y qué hostias: soñar con que Portugalete no tenga tantas jodidas cuestas para tus rodillas.
Moreno, con gafas, junto al durangés Paco Barreña. · PHOTO · Aitor Azurki
Fue una casualidad conocerte y reírnos en la promoción de la película memorialista Izarren Argia cuando un autobús echando marcha atrás te provocó gritarle al conductor en el Arenal de Bilbao: «¡Eh! Caguendios, no me mataron los franquistas en la guerra y, ¿me vas a matar tú echando para atrás?». No se nos olvidará nunca. Al chófer tampoco.
La última vez que te visité fue con mi guitarra y una canción a cuestas con tu nombre. Te tengo grabado en vídeo. Ya no te nos escapas, aunque quieras salir corriendo de nuestros pensamientos en el caso de que, como el autocar, echemos marcha atrás.
