Oigo un latido
Anisia Serendipia
“Durango begietan”, exposición de pinturas de Enrique Díaz Soldevilla SOLDE con este, su jardín heterotópico, como protagonista.
¿Dónde? En el Museo de Arte e Historia.
¿Cuándo? Desde el 23 de septiembre al 16 de octubre de 2016.
MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS_ Nos vamos de paseo, nos anima Luis de Isusi desde el interior de un excelente catálogo editado para la ocasión por el Museo y que la entidad dispone a la venta en su sede. En el, las fotografías de una selección de las obras expuestas son precedidas de varios textos de personas que le conocieron y trataron; acompañadas a veces de algunos versos del poeta porteño nacido en 1905 Raúl Gonzalez Tuñón, el primero que blindó la rosa según palabras de Neruda, el primero que me enamoró: era un hombre, era un poeta.
_Durango, el paseo de un artista_ Nos vamos de paseo. Un domingo a la tarde. Un crepúsculo de invierno. Un día de lluvia. Por Tabira, Pinondo, Santa Ana, Ezkurdi con su fuente majestuosa. No son paisajes, son momentos. Sobre unos recién casados, la iglesia de Santa María se derrite por el calor del verano, unos niños juegan, otros se bañan, un hombre se acerca a una terraza para tomar algo. Lo vemos. Y seguimos paseando. Fluye el agua, como los límites de los objetos, como los colores, como el tiempo. Todo se disuelve, se forma de nuevo y se va. No son momentos decisivos, son visiones y las reconocemos porque las hemos soñado, porque somos parte de lo que vemos, ahí fuera, donde somos paisajes para otros. El artista nos sueña, nos pasea bajo la nieve, bajo cielos novedosos donde las estrellas brillan junto a la luna llena, bajo su atenta mirada que nos acepta pequeños. Kurutziaga, el Ibaizabal, nos dejamos llevar, nos dejamos acompañar y se hace de noche tras los montes. Durango entero se ha metido en el cuadro y baila como Mary Poppins dentro de aquellos dibujos pintados en la acera. Bailamos, nos pasean, nos deshacemos, nos vamos. Volvemos. El agua se queda, cae la tarde, hay viento, tal vez siempre es octubre. El tiempo pasa, las personas sueñan, el artista pasea.
El artista pasea. Así lo recuerda Domingo Viera: esa es la idea que me gustaría transmitir: que ante nuestros ojos está plasmado el modo en que un tipo bastante excepcional veía la realidad que nos rodea. Entren y miren. Déjense contagiar por esa forma de ver. Esa forma de ver de quien para David Peterson fue, además de un artista, una figura verdaderamente carismática con un particular arte para disfrutar de las mejores cosas de la vida: an artist, obviously, but also a truly charismatic figure, with a particular knack for enjoying the best things in life.
El artista pasea. Y lo hace por Durango, lugar que supuso para él su gran jardín compartido, su paraíso existencial, como nos dice su hija Virginia; un lugar que como se pregunta nuestra amiga Marta B Cordonets en ese precioso catálogo ¿quien sabe que es oro y rojo llama como el cráter del volcán bajo un turquesa de cielo raso?
Durango, su clara aparición me hace amar esta orilla, el otoño mojado y mi antigua congoja… Les animo, pues, a que vayan de paseo y se acerquen al Museo. Si lo hacen la tarde del sábado 24 podrán tomarse algo con nosotros que también como Miguel Ángel codiciamos cosas bellas.
Y a otro le parecerá otra cosa
* AnisiaSerendipia es licenciada en Filología Hispánica, documentalista y atesora estudios de Comisariado y Coordinación de Exposiciones. Es autora del blog del que toma su nombre:
http://serendip-anisia.blogspot.com.es/