Mientras Bárcenas ya puede ir de bares y cenas; yo, de Alfon
Alberto Cebrián
El régimen fascista de Kiev, apoyado por la OTAN y la Unión Europea, sigue asesinando impunemente en las regiones de Lugansk y Donetsk. Pero para la prensa libre y objetiva en España la noticia de la semana es la decisión de la Audiencia Nacional de conceder la libertad bajo fianza a Luís Bárcenas, ex-tesorero pepero. Así que comentaré esto.
Por lo que leemos Bárcenas deberá abonar 200.000 euros en concepto de fianza. Sin embargo, el propio auto reconoce que aún oculta “ingentes cantidades dinerarias fuera del alcance de la justicia”. Además, todavía debe entre 7 y 8 millones de euros de los 43,2 de la responsabilidad civil. Y casualidad, su previsible excarcelación retrasará el inicio del juicio por el Caso Gürtel, que estaba previsto para poco antes de las elecciones generales de este año. Algo que beneficia al brazo político de la oligarquía española (PP) que no verá desfilar por el banquillo, en plena campaña electoral, a los antiguos integrantes de su aparato para recaudar el impuesto revolucionario.
Las cloacas del Estado post-franquista son inexcrutables. “Luís, sé fuerte”. No me atrevo a aventurar si ha habido algo por ahí detrás y tampoco voy a poner en cuestión si es legal que alguien que no ha sido juzgado quede en libertad. No voy a hacer comparaciones con lo que algunas víctimas del ‘Todo es ETA’ se han comido por la cara. O sí.
Lo que sí tengo claro es que siempre hay sectores que se benefician y quienes salen perdiendo con estas cosas. La política es la guerra por medios pacíficos y detrás de la política que sale por la tele hay otra en la que cada uno vendería a su madre con tal de ganar poder a costa de su enemigo, y a pesar de todo compañero de asiento en el palco del Santiago Bernabéu.
Hay quienes reclamaban su libertad desde hace tiempo. Alegan que ha pasado 19 meses en la trena sin haber sido juzgado y que a su mujer le han cortado la línea telefónica por no poder pagar. Un caso ‘igualico’ que el de miles de españoles que tienen que trabajar para ganarse la vida. Que se joda, así de claro. A mi también me jodería tener dinero de sobra por ahí guardado y no poder pagar la factura de Telefónica, una compañía que, por cierto, privatizaron los mismos que recibían sobres de Bárcenas.
A mi no me da pena ninguna. Sobre todo si tenemos en cuenta que está acreditada su participación en una de las mayores bandas organizadas en este país para robar y enriquecerse parasitando las instituciones públicas (por encima sólo queda la monarquía y poco más). En cualquier país justo hace tiempo que hubieran sido obligados a cavar su propia tumba, todos sus bienes confiscados y la bala facturada a su familia.
No me da pena, porque no ha sido un preso FIES, ni ha sido utilizado como mano de obra esclava por los patriotas suizoandorranos. No me da pena porque no es de los mios. Es de los suyos. Es del partido político de quienes recortan derechos políticos, económicos y sociales a la clase trabajadora. Es del partido fundado por los criminales del 36 y financiado por los ladrones del -Ibex- 35. Cada vez que veo una imagen suya en la tele sólo una palabra viene a mi mente: GULAG. Mientras él y los suyos pagan en “clubs nocturnos” con tarjetas black, los míos trabajan a cambio de salarios de mierda.
| Bonus track | De los mios es Alfonso Fernández Ortega ‘Alfon‘, el joven vallecano víctima de un montaje ejecutado por la Policía Nacional en la huelga general de 2012 que ha sido condenado a cuatro años de cárcel. El 14 de noviembre de ese año, jornada de lucha para la clase obrera, Alfon y su novia fueron secuestrados por unos policías (¿se puede llamar policía a un mono?), interrogados y torturados psicológicamente. Le acusaban de llevar un artefacto explosivo oculto en una mochila, en un montaje -no había huellas de Alfon por ninguna parte- orquestado para criminalizar a quienes no están dispuestos a bajar la cabeza y asumir como normal el actual estado de cosas. Ya se sabe, los cuerpos policiales siempre al lado del pueblo. Por eso aquí se llaman Ertzainas (Cuidadores del pueblo).
“¿Ves cómo los hombres se levantan unos contra otros? De bueno o mal grado nos vemos obligados a golpear. ¿Y quién golpea? Un hombre tan privado de derechos como los demás, aún más desgraciado porque es estúpido. La policía, los gendarmes, los espías, son nuestros enemigos, y, sin embargo, son gente como nosotros: también a ellos se les hace sudar sangre y agua, y tampoco se les considera seres humanos. Y siempre igual. Así se oponen unos hombres a otros: se los ciega por la estupidez y el miedo, se les atan pies y manos, se les oprime, se les hace sudar, se les aplasta y hiere a unos por medio de otros. Se les transforma en fusiles, en mazas, en hierro, y se dice: «Es el Estado…” (Maxim Gorki. La Madre).
*Alberto Cebrián (Durango, 1984) es periodista.