Mi Diosa Afrodita
Txile Aconcagua
Hoy he vuelto a este solitario paraje
donde encuentro las palabras.
Hacía tiempo que no lo visitaba.
La hierba está crecida
y la sensación me lleva a tu recuerdo.
La necesidad de miradas calladas
hace tan dura la despedida.
Caes sobre mi dejando mi alma calada,
gota de rocío sobre esta flor marchita,
sintiendo el roce de tu cabello,
mi corazón yace enterrado
demasiado quebrado ya no palpita.
Lamerás las heridas de mi suave piel
y con tu lengua la cubrirás de vendajes
hasta quedarnos sin respiración
en un baño de sal tan salvaje
que abrirá las puertas de tu Olimpo.
No existe momento ni lugar más bello
donde encontrar a mi diosa Afrodita.