‘Los olvidados’ de Buñuel y el Estado de bienestar negociado de hoy
Iñigo Zabala
Permítanme unos minutos de análisis sobre la película ‘Los olvidados’, de Luis Buñuel, una breve observación de las problemáticas sociales más evidentes a lo largo del histórico film. Lo haré desde la perspectiva social, un modo de entender las ramificaciones de los recortes sociales, que justificados en nombre de la crisis socio-económica actual, están debilitando el Estado de Bienestar.
Respecto a la Educación: La falta de recursos educativos en la zona donde se desarrolla la película. Esto se observa en el alto nivel de analfabetismo, donde uno de los protagonistas (que fallece) es analfabeto, así como su madre, que se encuentra obligada a firmar con una X ante el juez. La existencia de policía y órganos judiciales nos indican que otros lugares del país sí existe organización educativa, así como administrativa, pero los recursos educativos y formativos no llegan al lugar donde se desarrolla la película. La falta de estos recursos conlleva la falta de actividad y de recepción de valores sociales en los menores, así como una percepción social de falta de futuro.
Respecto al Empleo: El empleo existe como medio de subsistencia vital. No se observa perspectivas de futuro en estos trabajos, únicamente actividades laborales de subsistencia. La falta de empleos cualificados, relacionado con la falta de un sistema educativo, conlleva la aparición de la miseria, así como los denominados infra-empleos. Es habitual la existencia de empleo infantil, insuficientemente pagado, pero suficiente como para realizar un pequeño aporte a las economías domésticas. Observo la existencia de una dicotomía entre aquellas personas, especialmente menores de edad, que se dedican a desarrollar o a emplearse para el conocimiento de un oficio o profesión y aquellas que no realizan ninguna actividad, dedicando su tiempo a estar en la calle con sus grupos de pares.
Respecto a la Sanidad: No existe un sistema sanitario establecido. En el largometraje, uno de los menores recibe un golpe con herida en una pierna. Esto genera un pequeño debate entre los protagonistas. Por un lado, argumentan los riesgos que puede llevar la herida, que puede desembocar en la pérdida de la pierna (supongo que derivado de una infección), y le orientan a que le sea realizado algún tipo de cura por parte de sus familiares.
Por otro lado, no existe ningún tipo de orientación hacia ningún recurso donde se ubique personal sanitario competente. Otro punto donde se observa la falta de los recursos sanitarios, es que ante los problemas de salud, optan por curanderos o conductas relacionadas con chamanismos, muy lejos de los necesarios cuidados sanitarios de los profesionales del ramo.
Respecto a la Vivienda: Las infra-viviendas del film son residencias parecidas a chabolas, donde todos los miembros de la familia pernoctan en un mismo lugar, no dándose ningún tipo de intimidad ni espacios personales. Asimismo, las infra-viviendas no ofrecen ninguna estructura higiénico-sanitaria mínima, ni garantiza la protección de sus moradores respecto a los agentes externos que pudieran aparecer (personas extrañas, dificultades meteorológicas, etc).
La inexistencia de acceso a bienes básicos como pueda ser la energía eléctrica ni el agua, teniendo que ir a buscarla a una fuente. Fundamentalmente las viviendas se distribuyen en una amplia sala donde están ubicadas las camas y un recibidor. En este espacio, conviven diferentes subsistemas familiares con animales que producen alimentación para el propio sistema familiar.
Respecto a la Seguridad Social: En Los olvidados se observa la inexistencia de un sistema de Seguridad Social, donde cada individuo no dispone de ningún recurso público que garantice un mínimo de bienestar social. La única protección que existe es la policía, a la que los residentes en el barrio, demuestran tener bastante respeto, no desde el punto de vista represor, sino desde la perspectiva del cuidado del orden y la seguridad. También se observa que la policía solo realiza intervenciones en los casos de existencia de presunción de delitos, y no realiza ninguna intervención de carácter preventivo.
Respecto a los Servicios Sociales: No observo un sistema de Servicios Sociales que garantice las condiciones mínimas de vida de las personas. Lo único que se vislumbra como un recurso de carácter social, es la granja-escuela adonde uno de los protagonistas es enviado. Todo ello se realiza sin la intervención profesional de ningún Trabajador Social, sino por decisión judicial.
La intervención que se realiza desde dicho centro es paliativa, es decir, cuando la situación es lo suficientemente grave y llega a instancias judiciales, los menores pueden ser derivados a dicho recurso para que obtengan un aprendizaje mínimo y el conocimiento de un oficio que puedan desarrollar en el futuro como medio de vida. Pero no se observa la intervención profesional de carácter comunitario, ni grupal ni individual. Ante la insuficiencia y carencia de los cinco sistemas previamente mencionados, los Servicios Sociales existentes solo pueden parchear la situación social.
En resumen, el Estado de Bienestar con el que tanto se negocia actualmente, es lo que impide que las situaciones visionadas en la película se hagan realidad. Claro está, que los actualmente conocidos como recortes sociales únicamente nos acercan al desestructurado contexto social en el que se desarrolla la película analizada, que personalmente, recomiendo visualizar.
* Iñigo Zabala (Durango, 1976) es trabajador social, mediador familiar, con Máster en Intervención Social y Doctorando en Estudios para el Desarrollo (EHU)
Aquí mismo puedes ver íntegra la película ‘Los olvidados’ de Luis Buñuel
Luis Buñuel, Los olvidados, México, 1950 from Exilio Regreso on Vimeo.