Los cuervos y la dignidad
Rafael Hidalgo
Algunos investigadores localizan en la Roma de Vespasiano el origen del contundente refrán que dice que «los cuernos duelen al salir, pero ayudan a vivir».
Los que viven con lo justo lo hacen por mantener esa situación de precariedad con la que a falta de otra mejor cosa van viviendo, arrastrándose, eso sí, pero viviendo, porque para ellos de eso se trata en primera instancia por encima de cualquier otra consideración, dignidad incluida.
Existe otro grupo de personas, justamente en las antípodas de los primeros, vamos, los que viven como reyes, a los que por mucho que les duelan, no solo durante su salida sino en su prolífico desarrollo posterior semejante al de algunos cérvidos, para no perder un estatus que podríamos tildar de real y un nivel material que ríanse del Maharajá de Kapurthala, están dispuestos a enterrar a profundos niveles su dignidad -porque no crean, ellos y ellas también la tienen en su origen como todas las personas- a condición de seguir en la cresta de la ola.
Con la patética figura a estos efectos de un alce de 12 puntas, pero el caso es seguir viviendo como reyes… o reinas porque de eso se trata.