Lo más nuevo y fértil de La banda del abuelo se titula ‘Antzua’
Jorge Jiménez
La banda del abuelo, el trío de Arrasate, vuelve con un nuevo trabajo: “Antzua” (Estéril), tras seis años desde su anterior CD-libro “Rockarolla mailu bat da” (El rockanroll es un martillo) con un artwork muy cuidado de la mano de Xabier Atxa y ocho cortes de contundencia granítica y sonido más oscuro que en sus trabajos predecesores, gracias a Oskar Loiti, guitarra y una de las dos voces de la banda, que ha conseguido la atmósfera perfecta para este “Antzua” post pandémico y pre apocalíptico, radiografía certera de todo lo que ya parece inevitable.
Abre “Algoritmoak”, cruce de poesía y hard rock prieto de carnes: “Que los algoritmos me lleven a ti”, “Ciegos y sordos, pero nunca mudos en las redes”. Le sigue “Keia” (Humo) que abre con un verso de Xalbador y el “odolaren mintzoa” también de propia voz del poeta y bertsolari del país vasco francés, intercalada a lo largo de un tema que canta en euskara, al euskara, comparándolo con el humo que está y que se va, que no deja huella pero que es y lo hace desde una base rítmica fibrosa y de nervio, combinada con melodías en las voces y que ya es una de las señas de identidad de los de Mondra.
“Pandemónium” nos lleva al euskara de su zona, utilizando palabras como “Horeixa” (tormenta). Se trata de una traducción de “El sendero de las fieras” del cubano Pedro Juan Gutiérrez, ayudada de oscuros riffs de guitarra que desembocan en un apocalíptico coro “Ama, gaba, basa” (Madre, noche, salvaje). “Nire lagunak” es un rockanroll con estribillo melódico y vacilón sobre esxs amigxs que son auténticos sacos de problemas.
“Ixilikonai” (Que te calles!) con aires sureños a lo ZZ Top, subrayados por la armónica y coros de Jaime Lizaranzu, que colabora en varios cortes más. Su letra nos dice: “Anai haundixa, txiki gelditu jaku” (El gran hermano se nos ha quedado pequeño) ó “Parte hartu ez genun orgiaren ajian gauz” (Estamos en la resaca de la fiesta en la que no participamos) entre otras advertencias sobre el apocalipsis con entremés pandémico.
“Egixa bakarra” es un corte punk, en poco más de 2 minutos: “La única verdad, es que todo es mentira.” “Tranpak” es otra muestra de contundencia, cimentando una no menos potente letra de Eneko Barberena y cierra “Egonezina” volviendo a la conjunción: Hard y poesía: ”Somos el agua que va hacia el acantilado, una catarata maravillosa”, “Somos los días que esperan la noche”, “Construimos con derrotas, la victoria que no queríamos”.
Antzua (Estéril), es otro pequeño paso, en una trayectoria que se intuye fértil.