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¡Que la tierra te sea leve, Lucio!

Eider

Eider Iturriaga

· Fotógrafa y educadora

A lo largo de los últimos 10 años he tenido la gran suerte de coincidir varias veces con esta gran persona, ya fuera en su casa de París o en las visitas que hacía a Euskal Herria.

Recuerdo con especial cariño las ocasiones en las que me acogió con los brazos abiertos en su casa del barrio parisino de Belleville. La primera de ellas, llegaba sola a la Rue des Cascades, algo nerviosa, no lo niego. Enseguida me abrió la puerta y desde ese instante me trató como si me conociera de toda la vida.

Yo conocía a Lucio por leer sobre su fascinante vida, y resulta que por circunstancias de la vida, ahora esos relatos y anécdotas que había leído, me las cuenta en vivo y en directo, mientras me como una lata de sardinas y me bebo un whisky que muy amablemente me ha ofrecido. Como anfitrión le doy un 10, sin duda.

Para seguir con este escrito, que nace de mi más sincera admiración y respeto a Lucio, voy a valerme de otro personaje que ha sido referente en mi vida, Friedrich Nietzsche. Apoyándome en la filosofía de Nietzsche he llegado a la conclusión de que Lucio Urtubia era un Übermensch (Superhombre). Lo explico brevemente: cuando el individuo se libera de todas las influencias y doctrinas que le han sido impuestas, y busca desde su estado de pureza y voluntad establecer su propio proyecto de vida según sus valores, entonces da origen al superhombre y entonces querrá construir su propio destino, inventar sus propios valores y bailar el juego de la vida al ritmo de su propio espíritu.

¿Cómo no admirar a una persona así? Su vida ha sido un aprendizaje de la resistencia y de la lucha por la libertad, siempre de una manera consecuente y solidaria. Al fin y al cabo, cuando una persona es capaz de desprenderse del miedo, deja de estar sometido por él, y entonces es libre.

Lucio Urtubia le decía a todo el mundo con el que tenía la oportunidad de estar, que haga lo posible por autogestionar su vida, por ser lo mas coherente posible. A mí también me trasladó todas las veces que pudo estos consejos, repitiendo la frase ¡Hay que hacer, estar en movimiento! Lucio ha hecho historia, con él se va un referente, un anarquista, un luchador, un albañil. Su utopía vivida es un regalo que nos deja en herencia.

Mientras quede un mundo libre en nuestros corazones, habrá esperanza y seguiremos luchando porque llegue le temps des cerises.

Agur Lucio eta eskerrik asko.

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