La Sanidad de mañana

Javier Basañez

Son las nueve de la noche de un sábado. Un grupo bastante numeroso de chicas y chicos jóvenes de veintipocos años salen del Campus de Sarriko cargando con cajas que pesan unos cuantos kilos. Alguna de ellas o ellos, previsora, ha llevado una pequeña maleta para transportar el contenido de la caja, pero ésta no cabe.

Su actitud es alegre y animada a pesar de que han estado trabajando desde las ocho y media de la mañana, de que es su sexto año de carrera y de que el contenido de la caja que cada cual lleva le va a dar mucho más trabajo en los próximos meses. Y es esta actitud la que hace que me sienta esperanzado, optimista, agradecido.

Porque son estudiantes de medicina que van a realizar un tremendo esfuerzo para conseguir una plaza de médica o médico residente en un hospital, para seguir aprendiendo y poder ayudarnos con nuestra salud en un futuro bastante próximo.

También debo añadir que el hecho de que mi hijo mayor sea hoy uno de esos chicos se lo debemos a quienes, siendo un niño de doce años, le atendieron y nos atendieron durante un problema de salud importante, ayudándonos con su saber profesional pero también con su no menos importante trato humano, comprensivo y cercano que aún hoy me produce admiración, respeto y un enorme agradecimiento.

Sólo deseo que todos ellos puedan disfrutar mucho de lo que les queda de sábado.