Como manda la tradición, en numerosas zonas de Bizkaia, como Abadiño o la zona de Bilbao, el cordón de San Blas se lleva durante nueve días, lo que se conoce como una «novena». En otros casos, aunque pocos, los portan una semana o incluso sin ninguna duración determinada.

Por el contrario, en zonas como la comarca de Enkarterri, y localidades como Orozko o las alavesas Laudio, Okondo, Amurrio… se quitan el Miércoles de Ceniza, después del Martes de Carnaval, iniciando el periodo de Cuaresma.

Una vez cumplido el ciclo, nos desprendemos de él y llega la obligada quema de este. El fuego purificador nos recuerda lo efímera que es la existencia humana.

De hacerlo así, adquiere cualidades sobrenaturales y se convierte en el amuleto perfecto para protegernos de todos los males de garganta, sean cuales fueran estos.