A la parálisis a través del análisis
Rafael Hidalgo
Dado el más que alarmante desarrollo del covid-19 en Vizcaya, el Gobierno Vasco y la Diputación Foral han tomado la heroica decisión de estudiar medidas más restrictivas en el ocio y las residencias.
Esa actitud lenta y timorata, me recuerda cada vez más la actuación de la viceconsejera de Medio Ambiente cuando al siguiente día del derrumbamiento de la escombrera de Zaldibar, se descolgó con unas declaraciones que decían que estaban «valorando la posibilidad de efectuar la apertura de un expediente sancionador habida cuenta de las irregularidades que detectaron en la inspección efectuada hacía 7 meses. Siete meses, siete, para «valorar la posibilidad de efectuar la apertura de un expediente».
Pues lo que son las cosas. En Canarias que no se las dan ni de tan listos ni de tan «diferentes» como nosotros y donde la situación de la evolución de la epidemia no es ni de lejos como la nuestra y donde viven del turismo, se ha prohibido a partir de hoy, fumar en la calle, se ha cerrado el ocio nocturno y es obligatorio el uso de la mascarilla.
Ante esta premiosidad en la toma de decisiones, ante esta actitud tan negligente como lo es la de a estas alturas «estudiar medidas» cuando estas deberían estar realizadas hace un montón de tiempo y solo haría falta voluntad política para aplicarlas, van y ahora nos salen por peteneras. Si no fuera un tema tan serio sería como para preguntar pero, ¿a qué están jugando?.
Se atribuye al que fue presidente de la III República Francesa, el hombre que llevó a la victoria a los franceses en la Gran Guerra, Clemenceau, conocido por el sobrenombre de El Tigre, la frase de «la guerra es demasiado seria para dejarla en manos de los militares», cita que hoy se podría extrapolar haciendo referencia al covid -19, con otra de parecido cuño como «la pandemia del coronavirus es demasiado importante como dejarla en manos de los políticos«.
La lentitud en la adopción de medidas y la flojedad de las mismas, no hacen sino poner en evidencia la ineficacia de una clase política, acomodada, timorata y carente de luces para hacer frente a situaciones con la gravedad de la que nos ocupa.