La Inteligencia Artificial
RAFAEL HIDALGO
La Inteligencia Artificial se define a sí misma como «un campo de la informática que busca desarrollar sistemas y máquinas capaces de realizar tareas que típicamente requieren inteligencia humana. Esto incluye actividades como aprender, razonar, resolver problemas, comprender lenguaje, reconocer patrones, tomar decisiones y adaptarse a nuevas situaciones».
En esencia la IA intenta replicar aspectos del pensamiento humano pero en muchos casos puede incluso superar nuestras capacidades en tareas específicas como el análisis de grandes volúmenes de datos o la ejecución de cálculos complejos a alta velocidad.
Existen diferentes tipos de IA. La débil, que está diseñada para realizar tareas específicas como la de mantener una conversación en tiempo real por texto o con voz, asistentes virtuales (como preguntarle cómo se hace el bacalao al pil- pil y te contesta de inmediato dándote la receta) o reconocimientos faciales.
Luego está la IA general que puede realizar cualquier tarea cognitiva (procesos mentales que permiten recibir, procesar y elaborar información), objetivo que aún no se ha alcanzado.
Y finalmente está la tercera fase de este sistema de IA que vete a saber dónde nos llevará a los humanos y que se llama «Superinteligencia artificial» que superará ampliamente a la humana en todos los aspectos (quiero suponer que excluidos los emocionales). Por ahora -y supongo que como van las cosas no por mucho tiempo- esta fase del desarrollo de la IA no pasa de ser un concepto más teórico que práctico.
Pues así están las cosas, amigas y amigos. Asusta pensar hacia dónde se dirigirá la humanidad con las movidas que están en marcha tales como, cambio climático, agotamiento de los recursos, sobre población, concentración de poder económico, acceso al poder político por parte de personas con mentes desequilibradas, desigualdad galopante, condiciones ambientales en franco declive… y si con eso el panorama no estaba suficientemente surtido ahora le ponemos el lazo de la IA que al final puede que se haga con el poder en el planeta Tierra dejando a lo humanos como esclavos. (¿Os acordáis como en la película 2001: Una odisea del espacio -facturada en 1.968- el ordenador de a bordo, Alf, se hace el dueño de la nave?). Por un lado lo siento mucho por los que nos van a seguir y, por otro, pues me alegro de que mis -antaño- castos ojos no lo verán.