La consulta sobre los mamotretos
Rafael Hidalgo
Rememoremos. La cosa va sobre la construcción que pretende autorizar el Ayuntamiento de Durango de las cinco torres de 17 pisos en los terrenos que el traslado a Lebario ha dejado libres ETS. La plataforma Erabaki había recogido firmas de más del 10% de la población censada de Durango solicitando así por Ley una consulta popular que sirviera para determinar si la construcción de las torres merecía o no la aprobación de la ciudadanía de Durango, pero por esos duendecillos que andan sueltos no solo en las redacciones de los periódicos, resulta que habían desaparecido 400 y pico firmas peticionarias, por lo cual según el Ayuntamiento faltaban 76 firmas para dar paso legalmente a la consulta popular.
Esta «afortunada desaparición» venía a sumarse al oscurantismo con la que el Consistorio había impregnado a todo este asunto. Pero hete aquí que tras las jaculatorias realizadas a San Antonio por parte de la plataforma ciudadana las firmas van y aparecen con lo cual al equipo de gobierno no le ha quedado otra alternativa -so pena de actuar fuera de la Ley- que dar paso a una consulta popular sui generis porqué desde el PNV y el PSE del Ayuntamiento de Durango, plantean un protocolo de actuación “que garantice la legalidad del proceso, la correcta consecución de la consulta y no dar lugar a posibles retrasos o a la nulidad del proceso. Asimismo, este protocolo evitará cualquier atropello que pueda atentar contra los derechos de la ciudadanía, contra el interés general y el bien común”. Dicho protocolo consistirá en analizar y debatir la solicitud de consulta popular en comisión durante el mes de enero, donde se concretará la pregunta a realizar y se fijará la fecha de realización de la misma».
Por otra parte, para anunciar la «aparición» de las firmas, en principio misteriosa y satisfactoriamente desaparecidas, el equipo de gobierno recurre a un eufemismo tan poco fino como el de «tras la conformación técnica» de los votos en lugar de decir lisa y llanamente «que estaban en un cajón». En fin, una más.
Pero antes de seguir adelante permítanme que les presente el Programa CONSUL de Participación Ciudadana. CONSUL es la herramienta de participación ciudadana más completo para un gobierno abierto, transparente y democrático. Está instalado en 33 países, en 100 instituciones y da cobijo a 90 millones de ciudadanos. Por otra parte, este programa está premiado por las NACIONES UNIDAS al servicio publico. En España, si ir más lejos, aunque esta referencia a alguien se la traiga floja, este sistema está instalado y en funcionamiento en los Ayuntamientos de Madrid, Oviedo, A Coruña, Valencia, Alicante, Tarragona, Huesca, Palma de Mallorca, Toledo, Benalmádena, Getafe, Valladolid, Zamora, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba…
Y en él, el apartado de consultas populares -está claramente explicitado en su programa-, que el texto de la pregunta ha de ser claro, preciso y contundente y debe plantearla el que presenta la propuesta a la misma y no el Ayuntamiento que es arte y parte en la defensa del proyecto. De modo que mal empezamos este asunto y mal lo continuamos, lo que por otra parte de debe extrañar en demasía de este Ayuntamiento pseudo democrático. Así que ciudadanos, atención y mano la botón, que el tema tiene una oculta carga de intereses económicos.
