La coartada de Eudel
Rafa Hidalgo
La nueva alcaldesa de esa villa marinera donde desemboca el Butrón, apelando a la legalidad vigente marcada por Eudel y bendecida por nuestra Diputación Foral, toma la decisión consensuada con su partido político de incrementar su salario con respecto a la de la alcaldesa saliente en un 57 %.
Que existen medidas legales reñidas con la ética y la lógica es algo que no puede sorprendernos a estas alturas de la vida, pero si a ello se suma la inoportunidad que concurre en este caso, la cosa adquiere categoría de estrambote. Apela la susodicha para justificar su salario a la aplicación de la norma Eudel como si ese organismo fuera algo etéreo, inmaterial, dotado de poderes arcangélicos inequívocos, pero no, la clave está en la aplicación del viejo aforismo de que dice «entre bomberos no hay que pisarse la manguera», ya que resulta que el susodicho organismo está compuesto por 17 alcaldes, de ahí lo de los bomberos.
Pero sin duda, esas y otras cosas más raras ocurren en la administración pública donde sin haber demostrado habilidad alguna – y no lo digo por el caso que nos ocupa toda vez que desconozco los méritos que concurren en ella – resulta, por ejemplo, que alguien puede ocupar el puesto de alcalde exclusivamente por «méritos» políticos sin haber tenido ocasión de mostrar, ni poco ni mucho, su capacidad de gestión. Pero bueno, esos son otros lópeces, por lo que de momento nos quedamos con la inoportunidad del escandaloso incremento.