La carta de un superviviente del bombardeo de Gernika al Museo Reina Sofía
MONIKA APERRIBAI
El pasado 14 de Noviembre me puse en contacto, mediante un correo electrónico, con la Responsable de la Colección del Centro Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid.
Le comuniqué que mi aita, Emilio Aperribay superviviente del Bombardeo de Gernika, y yo teníamos la intención de visitar el Museo el lunes 18 y tener una breve conversación con ella sobre el cuadro «Guernica».
Me respondió diciendo que estaría encantada de recibirnos a las 10’00 h., hora de apertura, porque era cuando menos gente había delante del cuadro.
La víspera de la cita, mi aita se sintió indispuesto y mi marido y yo decidimos hacer el viaje sin él.
Le envié entonces a la Responsable un mail para comunicarle la incidencia y que yo le haría entrega entonces de una carta redactada conjuntamente por mi aita y yo.
Mi marido y yo llegamos al Museo y fuimos recibidos por ella.
Durante el trayecto hasta el cuadro hicimos una videollamada con aita, en la que éste se disculpó por no poder acudir a la cita.
Cuando llegamos al cuadro, le di la carta y le pregunté si mi marido nos podía hacer alguna foto para plasmar la entrega.
No puso inconveniente, aunque no quiso posar y me hizo prometer que las fotos no deberían aparecer en ningún medio de comunicación ni en redes.
Seguidamente se despidió de nosotros.
El encuentro duró escasos minutos en los que no tuvimos la ocasión de hablar ya que su actitud durante el encuentro fue bastante fría, distante e indiferente.
Además y para mayor decepción, tengo que decir que ni siquiera tuvo la deferencia y la educación de abrir la carta y leerla.
En todo este relato, como se ve, no he mencionado el nombre de esta persona, cumplo con mi promesa.
Tampoco publicaré las fotos que nos hizo mi marido.
Pero lo que sí quiero es dar a conocer el contenido de la misiva que redactamos aita y yo.
Pretendo con esto seguir dejando patente que los intentos que el Gobierno Vasco lleva haciendo desde hace tiempo así como los que hizo el Alcalde Don Eduardo Vallejo en el año 1992 para que la obra repose en Gernika siguen siendo en vano.
La autoridades españolas y el Museo no quieren soltar «la gallina de los huevos de oro».
No tienen voluntad política ni demuestran sensibilidad ni empatía hacia las víctimas de aquella barbarie.
Además el cuadro está expuesto en un Museo con nombre monárquico, cuando el deseo del pintor fue que su obra volviera a España cuando la República fuera restaurada.
Esa es otra de las disparatadas incoherencias que tiene toda esta historia.
Mientras tanto y con los argumentos totalmente inválidos y ridículos de que no es factible ni viable su traslado con los medios técnicos que hay en la actualidad, los cada vez menos supervivientes que quedan siguen soñando con recuperar su memoria a través de esta obra tan emblemática y representativa del sufrimiento que padeció la Villa .
Un cuadro que se ha convertido en uno de los símbolos de paz, a nivel mundial, que mejor definen el horror de una guerra.
Así pues, adjunto la carta entregada para compartirla con todo aquel que quiera empatizar con la causa.
MUSEO NACIONAL DE ARTE REINA SOFIA
Calle de Santa Isabel,52
28012-Madrid
Bilbao, 18 de Noviembre de 2024
Muy Sres. Míos;
Mi nombre es Emilio Aperribay Icazuriagagoitia, nací en Gernika dos meses después de comenzar una contienda bélica que nunca debió suceder en este país.
Con casi un año de edad, la Villa que me vio nacer sufrió uno de los más crueles ataques que aún sigue en la memoria de sus habitantes.
Como conocedor de aquella masacre contra la población civil indefensa, el pintor Pablo Picasso quiso y supo reflejar en su obra «Guernica» el horror y sufrimiento que representan todas las guerras.
Su obra fue la mejor arma para denunciar la falta de moral que en determinadas situaciones tiene un ser humano hacia su semejante.
El Gobierno Vasco siempre ha recibido la negativa por respuesta cada vez que ha propuesto al Estado Español un análisis por parte de expertos que pueda demostrar, con informes técnicos, que el traslado del cuadro de Madrid a Gernika es viable.
Quiero por ello manifestar y reivindicar, como superviviente de aquel fatídico 26 de Abril de 1937, que la obra que se ha convertido en uno de los símbolos de paz más conocido a nivel mundial, sea expuesto si no permanentemente si de manera temporal con motivo del próximo 88 Aniversario del Bombardeo del año 2025 en Gernika.
No esperen a que ya no quede nadie con vida de aquella sinrazón, ni descendientes que puedan agradecerlo.
Esto sería para las víctimas otro Bombardeo más y otra falta de deferencia.
Dejo pues en sus corazones esa reflexión.
Atentamente,
Emilio Aperribay Icazuriagagoitia.
