Hoy, 12 de octubre: nada que celebrar
Mariano Villa
12 de octubre. Hoy algunas personas celebran en el Estado español el día de la Hispanidad. ‘Fiesta Nacional’. Haciendo coincidir, este día, con el día, en el que según la historia, se ‘descubrió’ América. Parece que hasta entonces, aquellos que habitaban esas tierras, ni siquiera sabían que existían.
Hace 22 años, en 1994, tuve la oportunidad de conocer, conversar, compartir, debatir, con indígenas mayas en México y Guatemala, descendientes de aquellos que fueron «conquistados». Además, eran los primeros días de la revolución zapatista, del EZLN, liderada por entonces por el Subcomandante Marcos.
En esas conversaciones hubo momentos que sentí vergüenza. Los indígenas, no entendían que 500 años después, se siguiera celebrando el ‘descubrimiento’ de América.
«América, existía antes de que llegaran sus antepasados», nos decían. Aunque no se llamara América, al igual que sus aldeas, pueblos, ciudades tuvieran otros nombres, que también los cambiaron.
Eso me hizo reflexionar acerca de todo lo que nos habían contado en el colegio, de la «valentía» de aquellos conquistadores, de lo «salvajes» que eran los habitantes de aquellas tierras.
Ya entonces, en 1994, los descendientes de aquellos «conquistados» reivindicaban su cultura, sus raíces, el reconocimiento del genocidio…
Los descendientes de aquellos conquistadores -supuestamente nosotros-, por supuesto que no tenemos ninguna responsabilidad, que los sucesos hay que situarlos en el contexto histórico en el que se dan. Es cierto. Pero no es menos cierto que cuando menos, y si realmente queremos un mundo mejor deberíamos pensar sobre lo que padecieron aquellas gentes y lo que supuso para ellos, el descubrimiento, la colonización, la evangelización … y reflexionar acerca de lo que se celebra.
Las fotos están sacadas en agosto de 1994, un viaje maravilloso y enriquecedor como pocos de los que he tenido la suerte de realizar.
Por todo lo apuntado, hoy 12 de octubre, nada que celebrar. Y me remito a un texto que allí leí: «500 años de resistencia indígena. Arrancaron nuestros frutos. Cortaron nuestras ramas. Quemaron nuestro tronco, pero no pudieron matar nuestras raíces».