Generando y celebrando la alegría del color: ‘Paisajes de la luz’
Anisia Serendipia
Generando y celebrando la alegría del color: “Paisajes de la luz”, exposición del durangués Jose Enrike Urrutia Capeau en el Museo de Arte e Historia de Durango. Hasta el 31 de Julio.
MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS | Sobre este papel el punto, la línea, la perspectiva, la geometría, el tono, el color, el dibujo, la composición. A través de paisajes mentales de Apollinaire… Siempre, con una cierta distancia. Generando y celebrando la alegría del color_ En el prólogo a Kokoro, la novela de Natsume Soseki, además de que la traducción de esta palabra en el diccionario de Hakusuisha es “corazón, mente, alma, espíritu, pensamiento…”, su autor lo explica como esa forma peculiar que tienen los japoneses de entender el mundo: curiosa, aparentemente sencilla, ambigua, pero en el fondo muy escurridiza. Y añade que “kokoro” es uno de esos términos que implican una atmósfera determinada, una sensibilidad especifica. En la línea de “saudade” para los portugueses o ”hüzün” para los turcos… conceptos que implican sentimiento, melancolía, belleza en una de sus formas más sugerentes. Y lo traigo a colación porque al entrar en la sala grande del Museo he notado una atmósfera a la deriva y me he sentido como “mecida” por ese son para niños antillanos que escribió el gran poeta que fue Nicolás Guillén “por el Mar de las Antillas anda un barco de papel”. Como un barco de papel a la deriva, pero que de pronto recupera el rumbo al percibir que ese turbión de luz y de color que encierra la obra de kapo hay que mirarlo con cierta distancia. Como escribiera José Julián Bakedano en su caligrama “Territorios del aire”: Siempre, con cierta distancia. Quizá por “un exceso de luz que impide ver”, como canta el poeta Guillen.
La luz en la sala de contraventanas cerradas emana del sol del alma, del alma de Capeua, que no es el sol de un día, ni es del tiempo, -es de Dios. Y reflexionen sobre lo que refiere la palabra Dios cuando lo nombra un poeta y comunista de Cuba.
“Prologa” el catálogo, a modo de presentación del artista, Joseba Sarrionandia así que no seré yo quien le enmiende la plana. Pero cuenta que Kapo arribó a la bahía de Jururú, donde el sol, tal y como lo ha pintado en sus cuadros es del tamaño del cazabe; que ha aprendido a embotellar la luz de ese lugar… Y entonces me viene a la cabeza que el “jururú” portugués, es un poco de ese tipo de conceptos que implican una atmosfera determinada, que es un andar tristón, apático, melancólico… al estilo Pessoa, y yo tengo la certeza de que las atmósferas demasiado luminosas pueden contener trazas de melancolía.
En el catálogo, además de un caligrama de José Julián escrito en 1982, podrán leer la invitación de Sarrionandia a beber sin miedo la luz que fluye de los cuadros de Kapo. Una invitación a beber a través de los ojos, como invitaba el gigante Gargantúa ¡a beber, a beber!, a beber esa luz. Yo soy borracho. Me seduce el vino luminoso y azul de la quimera que pone una explosión de primavera sobre mi corazón y mi destino.
“In vino veritas”. Creo que es una gran idea visitarla pero, y para que no les ciegue la luz de las Antillas, contemplen los paisajes desde cierta distancia, siempre con cierta distancia, alejándose de las pinturas. A veces la “distancia” hace maravillas.
Y a otro le parecerá otra cosa
23 de junio de 2015, noche de San Juan
* AnisiaSerendipia (Elorrio, 1962) es licenciada en Filología Hispánica, documentalista y atesora estudios de Comisariado y Coordinación de Exposiciones. Es autora del blog del que toma su nombre:
http://serendip-anisia.blogspot.com.es/
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