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Un futuro de hace 80 años

MARIA GONZALEZ

Maria Gorosarri

· Profesora UPV/EHU (Durango 1936 KE)

Se cumplen 80 años del cierre de la cárcel de Durango, a donde trajeron mujeres de todo el Estado. Los fascistas eligieron el convento abandonado por las monjas Nevers. Pero las cárceles de mujeres no parecían prisiones, para no reconocer el carácter político de la participación social y política de las militantes.

Así, para degradar a las mujeres que habían luchado contra el fascismo, les obligaban a compartir la cárcel con otras mujeres condenadas según los nuevos delitos del régimen (abolidos anteriormente por la República): haber abortado o prostituirse de manera autónoma (el régimen legalizó únicamente la prostitución femenina, y bajo el control de proxenetas).

Por ello, las presas no se referían a la cárcel como prisión, sino que contaban que les habían tenido en un “almacén de mujeres”. Sin duchas, con un vaso de agua al día (a elegir entre beber o lavarse), sin camas, sin ropa de recambio y durmiendo en el suelo con sus criaturas. Además, a través del hambre, el régimen les privó de la menstruación, esencial para una madurez sana, y amenazaba a las más jóvenes con la posibilidad de no llegar a tener descendencia.
Las presas organizaron un sistema de resistencia en la cárcel, que consistía en formar grupos de tres. La primera presa era una militante joven, con conciencia política para entender la represión que ejercían contra ellas y la única del grupo que sabía leer. La segunda presa era una mujer mayor (de 60, 70 e incluso 80 años), de las más vulnerables. La tercera integrante del grupo era una presa local, porque se aseguraban, así, una mayor cantidad de paquetes del exterior y podrían compartirlos con las otras dos presas

(testimonio de Edurne Gorosarri Garnika)


Hasta ahora, Durango 1936 KE ha recabado el nombre de 126 militantes antifascistas encerradas en la cárcel de Durango pero fueron muchísimas más (listado, más abajo, en «información adicional»).
Solidaridad de las mujeres de Durango

La represión fascista contra las mujeres se basaba en negar el carácter político de la militancia femenina. Hablar de mujeres inocentes, ignorantes, sin ideología definida… invisibiliza su participación social y política en la sociedad republicana y en la lucha antifascista. Sobre todo, supone ejecutar la estrategia diseñada por los fascistas para denigrar a las mujeres. De hecho, la resistencia antifascista que se organizó en un Durango vencido, con muchísimos hombres encarcelados y fusilados, fue únicamente femenina. Algunas mujeres se comprometieron en asistir a las presas que ni siquiera conocían, pero que no tenían visitas, porque sus familias vivían lejos o porque les habían asesinado. Compartían visitas y un pasado antifascista común.

(testimonio de Maite Andueza Zabaleta)

En el 80 aniversario del cierre de la cárcel de Durango, reivindicamos un futuro acorde a la dignidad de todas aquellas militantes que se negaron a vivir como animales en un almacén de mujeres, y como invisibles en una sociedad vencida.

«Rosario la Dinamitra en la cárcel de Durango»
Rosario Sánchez Mora, más conocida como «Rosario la Dinamitera», fue una de las mujeres presas en la cárcel de Durango (también conoció a los cárceles de Bilbao y Saturraran) . El poeta Miguel Hernández dedicó un poema a Rosario en 1937. María Gorosarri la entrevistó en su casa en 2007. Aquí tenéis algunos pasajes de esa conversación.

Listado de mujeres presas en la cárcel de Durango

(nuestro agradecimiento a Jose Angel Orobiourrutia por su ayuda con la información).

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