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Fermin Muguruza encuentra a su buscado miliciano Usabiaga

aitor azurki

Aitor Azurki

 

 El cantante y guitarra de Kortatu conoce en primera línea al último combatiente de Irun

Muguruzua ha encontrado a su miliciano; al fin. Tras casi tres décadas desde el lanzamiento del disco ‘El Estado de las cosas’ de Kortatu, el irunés ha podido conocer al último combatiente anónimo que representaría esta portada. ‘Irún, (1936).- Milicianos antifascistas defienden…’, rezaba en el conocido diseño, junto a la imagen de tres luchadores fusil en mano en una trinchera, como si de un recorte de periódico de la época se tratara.

Marcelo Fermin Aitor

Fermin Muguruza, Marcelo Usabiaga y Aitor Azurki.

El miliciano en cuestión es Marcelo Usabiaga, combatiente comunista y maqui de 98 años, teniente en la guerra, preso durante 21 años por luchar contra Franco. Peleó en primera línea de Irun, en Puntza, de forma más concreta, donde exactamente juntamos a Muguruza y Usabiaga. Probablemente este sea el último entre los defensores de la villa fronteriza que exista hoy; y quien estas líneas escribe, emperrado en que se conocieran, no ha cejado en su empeño, hasta conseguirlo. Los dos hombres se conocieron en el mismo lugar de la batalla el pasado 28 de abril, en la primera línea de fuego, en Puntza, junto al frescor que emana el río Bidasoa que ambos tan bien conocen.

“Eran las ocho o nueve de la noche. Yo no sabía quién mandaba ni nada. Pregunto: ‘¿El jefe aquí?’. Me miran todos. Me encuentro con el responsable; un señor, ¡que no sé ni quién era! “qué pasa, ¿cómo está esto?”. “Pues jodido; mal. Nos han atacado ya tres o cuatro veces; no sé qué vamos a hacer…”. “Venimos de parte del Frente Popular, del Comité de Guerra. Vengo de parte de Margarida. Nos ha dicho que defendamos esto, y aquí estoy a tu disposición. Pídemelo y lo que pueda hacer, lo haré, pero no puedo marcharme al Comité de Guerra sin la absoluta seguridad de que esto está defendido y de que no se ha entregado. Si se entrega, tengo que quedarme aquí y morir con las botas puestas”. Así es como fueron sus primeros instantes en la posición, sus primeras palabras de compromiso; a vida o muerte. Hasta nuestros días.

Marcelo 1

Usabiaga sonríe mientras escucha atento a Muguruza.

Nos juntamos a las seis de la tarde en la misma gasolinera donde otrora se hallaba la posición. Conversamos durante dos horas: Marcelo explicó sus vivencias durante la guerra y el franquismo y, Fermin, callado, atento a sus palabras, preguntaba con interés. “Arratsalde zoragarria”, escribía después en las redes sociales el músico; y para nuestro asombro, su foto conseguía un número altísimo de ‘Me gustas’ y comentarios. Muy alto. La memoria histórica vive, pervive. No se quiere esquinar.

Con este encuentro se cierra un círculo, el círculo de Fermin Muguruza, Kortatu y los milicianos antifascistas. Décadas después, Fermin ya tiene a su miliciano; al luchador que figura dibujado en la famosa portada de su disco, al combatiente de carne y hueso que representa a todos aquellos que dieron la vida en las trincheras, en los montes, en cada calle, en cada esquina por la libertad y contra el fascismo. Katea ez da eten.

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