Euskadi, la última comunidad en liberar los peajes
Juan Carlos Poderoso
Mañana, 31 de diciembre de 2019, en el Estado español se producirá un hecho histórico y claramente beneficioso para la ciudadanía: La supresión de los peajes en las autopistas AP-7, entre Tarragona y Alicante, y de la AP-4, entre Servilla y Cádiz. Más de 500 kilómetros dejarán de ser de pago para pasar a convertirse en vías gratuitas lo que conlleva la inmediata mejora en las comunicaciones, la igualdad entre todos los ciudadanos y una mayor seguridad para muchísimos automovilistas.
Una medida que beneficiará a personas que hasta ahora no podían pagar los costosos peajes a los que estaban sometidos y en consecuencia se veían obligadas a circular por las carreteras nacionales paralelas a estas autopistas, sufriendo tráficos lentos, peligrosos, congestionados y más contaminantes. Carreteras que nunca se mejoraban para desincentivar su uso, posiblemente por presiones de los lobbies de las concesionarias cuyo interés siempre fue absorber todo ese tráfico, previo paso por su caja.
Pese a tener la autopista AP-8 cobrándonos desde hace 47 años, es decir más tiempo que algunas de las liberadas, en este hecho histórico no participará la ciudadanía vasca. Desde el año 2003 en que terminó oficialmente la concesión de esta autopista, es decir hace ya más de 16 años, las diputaciones vascas, en vez de levantar las barreras de los peajes y convertirlas en gratuitas como en otros lugares, siguen controlando este suculento negocio del peaje en Gipuzkoa y Bizkaia para alegría de sus amigos y allegados y para desgracia de toda la ciudadanía que ve como le siguen expoliando por algo que tenía que ser gratis desde 2003.
Poco les importa al Sr Rementeria y al Sr Olano que miles de vascos y vascas tengan que poner a diario sus vidas en peligro circulando por la N-634, la carretera más saturada y posiblemente con más accidentes y muertos de todo Euskadi. Para ellos el dinero es más importante que las vidas humanas perdidas en la carretea. Sin olvidar aquí el sufrimiento que afecta a los miles de vascos y vascas cuyas casas se encuentran al borde de la N-634. A los mencionados diputados generales no les importa nada esas personas, al parecer lo que verdaderamente les interesa es llenar los bolsillos de sus amigos y sobre todo que los ricos tengan una vía rápida a su servicio libre de camiones y de personas de bajos recursos.
Hace ya un año se liberó en Araba el tramo de autopista que discurre desde Armiñon hasta la muga con Burgos en la AP-1, y los resultados arrojados muestran un balance muy satisfactorio. Desde ese momento la N-1 paralela a la autopista liberada, ha dejado de ser el punto negro que cada año dejaba un reguero de accidentes, algunos con muertos. Esta autopista ha asumido el trafico que antes se veía obligada a jugarse la vida por la saturada N-1. Conviene recordar una vez más, que tanto vecinos como las empresas colindantes han ganado en seguridad y competitividad.
Es una pena que el Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV), no contemple el que vascos y vascas tengan los mismos parámetros de seguridad y comodidad en sus desplazamientos, como en otras comunidades del estado en las que ya no tendrán que pasar por caja para poder llegar sanos y salvos a sus casas después del trabajo.
El 31 de diciembre será un día alegre para catalanes, valencianos y andaluces, que desde esa fecha aumentarán su seguridad vial, mientras que continuará siendo una fecha triste para vascos y vascas, cuya seguridad seguirá constituyendo un negocio para el partido en el poder.