El foco
Gontzal Uriarte
Tanto maestras y maestros como periodistas tenemos una herramienta que pocas veces la usamos con eficacia: el foco.
Cuando una persona alumna pega a otra, la maestra normalmente lo abronca o cuando una pandilla de hombres viola últimamente los medios de comunicación hablan de ellos un día sí y otro también. Y es lo normal, no podemos permitirlo, no podemos mirar a otro lado, tenemos que hablar de ello y denunciarlo. Sin embargo, en contextos de excitación hacia la violencia o de liderazgo del violento, nuestra bronca puede salir por la culata y convertir en populares y deseables a aquellos que tienen comportamientos violentos.
La devastadora consecuencia de poner el foco en los matxirulos es generar mayor deseo hacia éstos y por lo tanto más violencia de género. Por ejemplo, el asesino de Marta Del Castillo tiene club de fans que destacan su atractivo sexual y él se jacta ante sus compañeros de prisión por los regalos que recibe de sus fans. La manada también ha estrenado club de fans, por suerte, el ciberfeminismo esta vez ha actuado con celeridad. Finalmente, otros grupos de machitos han comenzado a imitar las violaciones grupales de la manada.
Para cambiar esto, propongo a todos y a todas, en nuestras casas, en las redes sociales y en las conversaciones de amistades, a colocar la luz del foco en las personas valientes, en las personas que denuncian el abuso, en las que protegen a la víctima ante el agresor, en las que siempre tratan bien, que son amables, sinceras, igualitarias, comparten, etc.
Premiando sus actitudes con nuestro foco lograremos que los niños y niñas puedan fijarse en personas valientes con valores positivos y quieran parecerse a ellas. Creedme es muy efectivo.
No me gustaría pasar por alto, que no solo hay que proteger a la víctima, también tenemos que proteger entre todos y todas a aquellas personas que por ser valientes se exponen más aún y pueden recibir contrataques del matón o matxirulo de turno. A este tipo de ataque se le llama «Acoso de segundo grado», y es el que recibió la concejala de Durango Pilar Rios por parte del asesino de Ofelia. Los cobardes no soportan que los valientes defiendan a la víctima. Por eso, aquí es cuando todos tenemos que hacer piña y escudo para proteger al valiente y a la víctima.
Ejemplos de valentía pasan desapercibidos y es una pena. Hace unas pocas semanas jóvenes después de ver una agresión en un coche, lejos de quedarse calladas y callados e indiferentes, fueron a denunciarlo a la Ertzaintza.
¿Qué provoco ese acto de valentía? Ellas y ellos solo lo saben. Tranquilamente podían haber seguido su camino y no meterse en líos. Pero no, sacaron valor y denunciaron. Estoy seguro de que ninguno o ninguna de ellos y ellas esperaba un premio por sus actos, pero espero que desde aquí recibán un ¡BRAVO! de mi parte. Sois el ejemplo vivo de que hay jóvenes con valores.
Por supuesto, ellas y ellos no son los únicos y las únicas, hay valientes por todo Durango.
Desde aquellas personas que se concentran en Andra Maria y se juntan en grupos feministas, pasando por aquellas duranguesas que hacen guardia detrás de un teléfono de ayuda urgente a las víctimas, las que hacen patrulla morea antiacoso en las fiestas del pueblo, o personitas que defienden a sus amiguitas y amiguitos en el patio del cole, hasta aquellas que ponen su firma y cara en actos de denuncia, como Pilar Ríos. Gracias VALIENTES, estamos orgullosos y orgullosas de vuestra solidaridad, de vuestra constancia en la lucha y de vuestra empatía. Gracias a vosotras y vosotros hoy Durango es mejor que ayer. No paréis, nosotros y nosotras aunque a veces callemos, sabed que… os admiramos.