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El descofinamiento

RAFA HIDALGO

Rafa Hidalgo

Por parecerme dos testimonios importantes que explican las razones del «rebote» que estamos padeciendo últimamente, me he permitido someterlos a su consideración. Dicen lo siguiente:

El médico Fernando de la Calle, que trabaja en la unidad de Enfermedades Tropicales del Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, ha publicado un mensaje en Twitter tras un turno que se le alargó y en el que vio a las claras las consecuencias de los rebrotes del coronavirus. “Salgo tres horas más tarde de mi horario por pacientes COVID19 JÓVENES y muy malitos… Saludos a los del botellón, a los del ansia viva por el copazo arrejuntado y el terracismo pegadito, a los de la mascarilla acalorá y a los de me besuqueo-achucho-comparto botellas a morro con mi gente”, escribió, evidentemente cansado.

En un mensaje posterior, el sanitario subrayaba que no quería juzgar a nadie, pero insistía en que “si la acción o inacción de alguien pone en riesgo la vida de otra persona…¿no es para poner el foco?” “La educación y concienciación sanitaria también es parte de nuestra labor”, apuntaba.

Gure Rafael Bengoa, reputado experto mundial en Salud Pública (inexplicablemente ignorado por nuestro Gobierno Autonómico durante el proceso de la pandemia que nos aqueja) en una entrevista que le hizo Radio Euskadi, dijo cosas muy jugosas de las que entresaco una que tiene relación con el «rebote» que estamos sufriendo es estos momentos.

Pregunta: España es actualmente uno de los países europeos más azotados por los rebrotes, ¿qué ha fallado?

Respuesta: Creo que hemos sufrido de una falsa seguridad, nos hemos confiado en que en el desconfinamiento iban a ocurrir dos cosas: que la población, sobre todo los jóvenes, iban a respetar todas las medidas y que el sistema de control epidemiológico local estaba montado. Al entender los distintos gobiernos que eso se podía controlar, hemos pensado que estábamos listos y nos está probando el virus que no. El comportamiento ciudadano, que ha sido ejemplar en confinamiento, no está siendo ejemplar en según que grupos de edad en desconfinamiento.

Al hilo de la frase del «comportamiento ciudadano» no me resisto a hacer un comentario sobre el mismo.

El desarrollo del proceso de la pandemia ha tenido a mi modo de ver tres fases bien diferenciadas. La primera fue de clara preocupación ante las noticias que nos llegaban del exterior. La segunda, la de «confinamiento», en la que el personal se comportó razonablemente bien entre otras cosas porque no había más pelotas y la tercera, titulada como la del «desconfinamiento» en la que perdido el miedo y liberados de ataduras ha salido a flote el «yo» que llevamos dentro.

¿Y que es lo que ha originado esa forma de actuar de una parte de la sociedad?. Pienso que en el origen de esa forma de comportarse está la falta de formación, en la alarmante carencia de cultura cívica a propósito de la cual es necesario recordar que en una sociedad creciéntemente urbanita como en la que vivimos, el civismo es – debe ser – el compendio de unas normas de comportamiento social que nos permitan convivir en colectividad. Entre esas normas ocupan un lugar preponderante el respeto al prójimo, al entorno natural y a los comunes objetos públicos. El respeto a esas normas harían nuestra existencia mucho más placentera y en ocasiones como las que nos ocupa, mucho menos peligrosa.

Lamentablemente el comportamiento individualista, ajena a estos principios está haciendo de las suyas bajo el lema «primero yo, después yo y luego naide ni denguno«, porque hasta ahí llegan con su analfabetismo en ciudadanía.

 

Ayúdanos a crecer en cultura difundiendo esta idea.

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