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Desmintiendo mitos III

Leire Gandiaga

Leire Gandiaga

· Este texto está escrito en equipo compuesto por Sara de la Fuente, Leire Gandiaga y Ander Zubiria. Su marca en Facebook e Instagram es DurangoKlima

 

¡Estamos de vuelta! Con las pilas bien cargadas, volvemos al formato de ‘desmintiendo mitos’ con otro puñado de afirmaciones que seguro nos resultarán familiares y nos ayudarán a seguir aprendiendo a desaprender para reaprender. Y es que, aunque prácticamente sea innegable que el futuro de la energía se sustentará en la electricidad, todavía hay algunos ‘peros’ que parecen pesar más que las alternativas propuestas. Pues como somos más de soluciones que de excusas, aquí desmentimos algunas cuestiones difusas:

– Los eléctricos contaminan igual o más que los de combustión.

Teniendo en cuenta que el transporte representa cerca del 25% de las emisiones totales de GEI en España, resulta necesario dejar claro que el beneficio ambiental asociado a adoptar la electromovilidad es clave y que se precisa de una fuerte penetración de EE. RR.

A modo de ejemplo, los resultados del estudio desarrollado por el Basque Ecodesign Center titulado ‘Comparativa ambiental entre diferentes alternativas de vehículos’: gasolina [0,27 kgCO2/km], diésel [0,24 kgCO2/km], GLP [0,27 kgCO2/km], GNC [0,28 kgCO2/km] y eléctrico [0,11-0,14 kgCO2/km]. El cálculo se realiza en base al mix energético español durante el periodo 2013-2017, por lo que se presume que la diferencia podría ser aún mayor con la creciente aportación de las renovables.

– Es más barato usar los electrodomésticos de noche que durante el día.

Esto es una verdad a medias puesto que solo se percibirá un ahorro al consumir electricidad en horas nocturnas si uno se acoge a la tarifa de discriminación horaria. Esta alternativa, a grandes rasgos, discrimina las baratas horas del mercado eléctrico (nocturnas) y se las retribuye a menor coste al consumidor a costa de encarecer ligeramente el resto (diurnas). La mayor parte de los consumidores no está acogida a esta tarifa; sin embargo, puedes ver en la letra pequeña de tu factura el coste que habrías pagado por haberlo estado y, si le resulta de interés, podrías hacerlo en unos 15-20 días hábiles tras notificárselo a tu comercializadora.

– Los productos a partir de materiales reciclables son de peor calidad.

Muchas veces el aspecto de los productos a partir de materiales reciclables (como el papel, por ejemplo) nos confunde y nos hace pensar que estos son más endebles. Sin embargo, nada tiene de cierto esta percepción. Es más, este tipo de productos está obligado a cumplir con los más altos estándares de calidad, tal y como lo hace su homólogo no-reciclado. En ese sentido, Nat Geo afirma que el papel reciclado ha alcanzado niveles de desempeño más elevados que el convencional. Otra prueba de ello es que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU ya ha aprobado el uso de contenedores reciclados para el empaquetado de comida.

– Solo con renovables no seremos capaces de cubrir la demanda de energía eléctrica.

Este es uno de los argumentos más típicos por parte de aquell@s que tienen interés en que las energías contaminantes sigan teniendo su cota de mercado, pero la realidad es que un 100% renovables es factible (que no sencillo) y más en España, ejemplo de integración de renovables.

El suministro eléctrico ha de cumplir con requisitos de tres tipos: calidad, suficiencia y continuidad. Y, como se puede deducir, la entrada de fuentes intermitentes e impredecibles como son las EE. RR supone un reto a la hora de cumplir con dichos requisitos. Sin embargo, ya se están implementando soluciones que aportan flexibilidad y firmeza al sistema eléctrico; es decir, alternativas que permiten la integración de las renovables sin poner en jaque la calidad, la continuidad y la suficiencia de electricidad. Ejemplos claros de estas soluciones son, por ejemplo, fuentes no intermitentes como la energía hidroeléctrica o la biomasa; el almacenamiento energético como las baterías; los combustibles alternativos como el hidrógeno y, no menos importante, la gestión de la demanda que podrá adaptarse y seguir a la generación.

– El abaratamiento de mi factura de la luz depende, principalmente, de los políticos.

Cuántas veces achacamos la subida de los precios de la electricidad a las decisiones políticas y a todos los cargos que se le añaden. Y es que razón no nos falta… Sin embargo, hay que diferenciar el motivo de la subida de los precios con la capacidad de abaratar la factura. Pues si bien lo primero depende más de la política, en lo segundo los que más tenemos qué decir somos nosotros, los consumidores. Los números mostrados por la cooperativa valenciana EnerCoop ponen de manifiesto el ahorro medio obtenible en función de quién actúe. Por política energética se podría abaratar como máximo 160 €/año, mientras que por iniciativa del consumidor la cifra oscilaría entre 100 y 300 €/año. Y os preguntaréis, ¿cómo? Pues tres medidas centrales: cambiar la modalidad tarifaria (a nocturna), ajustar la potencia, autoconsumir y/o decidir cuándo consumo (algo que será posible con las futuras tarifas – https://mugakultura.eus/opinion/ano-nuevo-tarifa-nueva/). De estas cuestiones ya hemos hablado con anterioridad, así que, si os interesa profundizar un poco más en la materia, ¡aquí tenéis el link! (https://mugakultura.eus/opinion/ahorrar-reduciendo-la-factura-la-luz-posible/)

De los cambios se extraen las oportunidades y se aprenden las lecciones, la pasividad o, peor, la negación de lo evidente no hará más que posponer algo que acabará llegando, convergiendo. Hablamos de un cambio radical en la manera de concebir la energía y, por tanto, la economía al completo. Pero de esto, de la transición energética, hablamos más en detalle en la siguiente ocasión, ¿os parece?

 

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