Comienzo (corto) desde las cavernas… de la UPV
Mugalari consulta a un grupo de cuatro estudiantes de Audiosisuales de la UPV de Leioa sus impresiones sobre su primera experiencia en el mundo del cortometraje. La Universidad es un ‘laboratorio’ constante de proyectos, de mentes en imparable ebullición.
Jon Santamaría
Un joven atrapado en una espiral de incertidumbre, oscuridad y galerías de piedra. Una cuestión sin resolver que se desarrolla en una cueva sombría. Un momento en el tiempo que se reproduce una y otra vez. Una secuencia de imágenes que no es fácil de comprender. Aunque puede que en las sospechas, divagaciones y el suspense esté la clave del funcionamiento del cortometraje.
Todo comienza con un hombre que se despierta completamente desorientado en la entrada de una cueva. Se incorpora con dificultad y se dispone a abandonar el lugar cuando un ruido lo desconcierta y la necesidad de respuestas le lleva a buscar su origen.
La fase de grabación fue intensa, ya que solo disponíamos de dos días para grabar este y otro trabajo. Además, la localización recóndita donde usamos las cámaras dificultó ligeramente el proceso, puesto que el terreno era irregular y estaba lleno de polvo en las zonas secas y barro resbaladizo en las húmedas. La fase posterior también fue especial, decidimos editar los cuatro juntos (Iker, Guille, Alba y Jon) y nos pasamos incontables horas en las salas de edición de la UPV, lo que ayudó a unir al grupo.
Se produce un ambiente de tensión en el que se confrontan las ideas de cada uno respecto a qué toma elegir, meter un efecto u otro o simplemente subir el volumen o no. En ocasiones se producía cierta pugna por el ratón del ordenador, herramienta que controla el que está haciendo el montaje. Dicho ambiente hace que cada uno se mantenga en un estado de concentración absoluto centrado en la competitividad que se ve recompensado cuando el proyecto se reproduce y los diferentes audios e imágenes encajan tal y como se esperaba.
La historia detrás del cortometraje tiene múltiples modos de ver y se puede explicar de distintas formas, la verdad es que nosotros no pensamos demasiado en su significado, sino que nos centramos en elegir y llevar a cabo una trama que atrajera y atrapara al espectador. En ningún momento tuvimos la intención de darle una explicación lógica o resolución.
Cuando terminamos la pieza audiovisual la mostramos en nuestra aula, junto con otro cortometraje más informal (Suit Rober) que creamos durante los mismos días, delante de nuestros compañeros y profesora aprovechando un acto en el que todos los grupos de clase pudieron exhibir sus proyectos.
La reacción de cada parte fue diferente.
Por un lado obtuvimos la opinión de los colegas de clase que coincidieron en señalar la buena edición del vídeo y la inexistencia de errores comunes que generalmente los trabajos muestran (imagen sobreexpuesta, movimientos en la cámara que sacan de la historia al que lo está viendo o falta de realismo en la interpretación). A pesar de que señalaron la perfección técnica, la mayoría de ellos coincidió en la elección del corto informal como su preferido. Así concluimos que para pasar un buen rato es más adecuado Suit Rober.
Por otro lado, la profesora Amaia Nerekan Umaran, profesional en el ámbito audiovisual, nos dio la enhorabuena por ambos trabajos, pero sobre todo por Koba. Incluso nos animó a presentar el corto a algún concurso.
Una vez publicado, cada uno se lo hemos enseñado a nuestros respectivos amigos y familiares que han dado su opinión y han intentado darle sentido de alguna forma. Entre las múltiples maneras de entender la trama nos ha llamado la atención la siguiente.
En los cinco minutos que dura el corto se juega con la idea de que el personaje intenta encontrarse a sí mismo, lo que crea un símil entre el camino que intenta recorrer el personaje y la conciencia del individuo que busca su identidad. Se puede percibir la tensión que crea encontrarla y la frustración de no poder alcanzarla, obra de un factor externo equiparable a las personas de nuestro alrededor.
La ambientación ayuda aportando un aire de prehistoria, de simplicidad, que aísla el proceso de búsqueda y es inevitable fijarse en él.
Algunos de los que lo han visto han comentado que les recuerda a largometrajes como ‘Los Cronocrímenes’ de Nacho Vigalondo o incluso a ‘Enemy’ de Denis Villeneuve.
Pero todavía nos queda un largo viaje hasta poder compararnos con autores de esa talla. Por el momento, nuestros dos trabajos están disponibles en Youtube bajo los títulos Koba y Suit Rober. Siendo francos, lo único que tenemos claro es que nos gusta este mundillo y seguiremos creando y convirtiendo historias en imágenes.
*Jon Santamaría, Iker Villa, Alba Lozano y Guillermo Rivas son estudiantes de Audiovisuales de la UPV en Leioa
Iker, Alba, Jon y Guillermo. |PHOTOS | Koba Producciones
