Biografía del Gernikako Arbola, el himno de Euskal Herria
Jose Mari Esparza Zabalegi
Gernikako arbola da bedeinkatua / euskaldunon artean guztiz maitatua. Durante siglo y medio, en todo el país se ha entonado el “himno nacional de la Euskal Herria” -como lo bautizara, entre otros muchos, Iturralde y Suit-. Como muestro en este trabajo, ha sido cantado, del Ebro al Adur, por toda clase de gente, de todas las ideologías y en todo tipo de manifestaciones culturales, sociales y políticas.
Eman ta zabal ezazu munduan fruitua. Como ocurre con las grandes obras musicales, desde el primer momento en que Iparragirre lo interpretó, el zortziko cobró vida propia, convirtiéndose en el himno de las libertades vascas. Traspasó fronteras, siendo el texto en euskera más divulgado y la música vasca más interpretada y comentada de nuestra historia. Esta obra muestra su intensa vida, en todos y cada uno de los rincones de Vasconia, en la diáspora vasca y en la literatura universal.
Adoratzen zaitugu arbola santua. Inspirado en los Árboles de la Libertad de los revolucionarios europeos, fraguado en las barricadas parisinas del 48, perseguido su autor por electrizar a las masas, el himno del antiguo voluntario carlista fue asumido de inmediato por los liberales, las izquierdas posteriores y los independentistas finalmente. La sangre derramada le dotó de épica reivindicativa y el bombardeo de Gernika lo consagró como símbolo mundial frente a los totalitarismos. Pocos himnos nacionales pueden presumir de una biografía más digna y apasionante.