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Alas, aletas, álabes… El papel alado

Anisia

Anisia Serendipia

EL ESPACIO COMO PAPEL_ exposición de esculturas de Raquel Fernández Santos en el  Museo de Arte e Historia de Durango. Hasta el 14 de junio. Entrada gratuita. Lunes cerrado_

MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS |  “…porque en su obra todo lo que pertenece al dominio de lo físico y espiritual se combina en un sutil acorde mudo, como el cielo azul con las nubes que lo matizan”. Así escribía Mishima a Kawabata.

[en el ala nueva del palacio]

– Japón, no te mueras_ “Grullas por Fukushima”, de acero corten y de inoxidable, reman hacía Durango. A Durango, con un corazón en lugar de una O escribió a lápiz en la pared.  Mil grullas traen buena suerte, cuenta Marilyn  al Dr. Fleischman. El pueblo de Cicely  prepara la boda de Adan y Eva, y Chris, desde la K-OSO, apura a sus vecinos a trabajar en el plegado de las grullas: aún faltan 688 para llegar al número de la Buena Suerte. Ahora habla con Sally en el Brick, el bar de un Holling  ausente porque se fue al pantano a hacer fotos de las aves en su anual viaje hacia el Sur. Las grullas, le dice, llevan un bagaje místico, son icono de dicha y fidelidad y los vietnamitas creen que llevan nuestras almas al cielo en sus alas. A veces, le dice, desearía que se buscasen otra vía hacia el Sur para no verlas pasar: hacen que me sienta aún más atado a la tierra, como ese pájaro sin alas que soy. En Kamakura, escribía  AKIKO YOSANO, aunque sea un Buda Shakyamuni es guapo. Una arboleda de verano. En Cicely es muy guapo Chris en la mañana. Pero Raquel prefiere a David: I love you, David en hierro corrugado, en el otro ala. Un amor que recuerda a Pablo.

-Trabajo en el papel aéreo_ Semba-Tsuru (Mil grullas). Una creencia popular japonesa asegura que haciendo mil de esas aves–según la técnica del origami– se logra alcanzar larga vida (porque son aves muy longevas) y felicidad. Nunca llegaré a plegar las mil grullas que me hacen falta... La mejor amiga de Sasasi Sadako recordó la vieja leyenda de que si se hacían mil grullas de papel un deseo sería concedido y le regaló la primera. Sadako tenía 11 años y comenzó a hacer grullas. En el año 1945 Sadako tenía 2 años y vivía cerca del puente Misasa en Hiroshima.  Hizo 644 grullas antes de morir en 1955 a causa de la radiación a la que se había visto expuesta. Dicen que los compañeros de su escuela terminaron de hacer las que faltaban hasta completar el número mágico gracias al cual una grulla concedía un deseo. La grulla, un ave venerada en el Japón, quizá sea el más famoso de los origamis. Ahora, las guirnaldas de mil grullas de papel se han vuelto un símbolo de esperanza debido a esta historia. Elsa Bornemann, escribió un cuento para recordar aquel aciago día en Hiroshima:

“Ocho de la mañana del seis de agosto en el cielo de Hiroshima. Naomi se ajusta el obi de su kimono y recuerda a su amigo: “¿Qué estará haciendo ahora?” Ahora”, Toshiro pesca en la isla mientras se pregunta: “¿Qué estará haciendo Naomi? En el mismo momento, un avión enemigo sobrevuela el cielo de Hiroshima. En el avión, hombres blancos que pulsan botones y la bomba atómica surca por primera vez un cielo. El cielo de Hiroshima. Un repentino resplandor ilumina extrañamente la ciudad. En ella, una mamá amamanta a su hijo por última vez. Dos viejos trenzan bambúes por última vez. Una docena de chicos canturrea… por última vez… Miles de hombres piensan en mañana por última vez…  Hiroshima arrasada por un hongo atómico. Hiroshima es el sol, ese seis de agosto de 1945. Un sol estallando…” Raquel Fernández creó en 2011 una composición para recordar aquel 11 de marzo cuando en Fukushima tres reactores activos sufrieron la fusión del núcleo por la fuerza del tsunami_ Grullas por Fukushima, de acero corten y de inoxidable.

[en el ala antigua]

-La GEOMETRIA se arropa con el ala mientras llega la noche _ rezuma a Picasso en la sala. Ya lo veo, en el Arlequín sentado de la época rosa, “Con-secuencias”, con sombrero de triángulo de plata y silla de acero corten fingiendo caoba. “Retazos III”3 veleros surcando los mares… qué carcajadas en ese preciso momento brotan de sus  olas.

Triángulos estrellas de tres puntas. Muchas alas, aletas. Álabes en geometrías: paletas curvas de turbina, una hélice del barco que navega… Todo es siempre misterio en torno a los “Monolitos”, de acero corten y hierro pigmentado: en Azul, verde y negro azulado, emplazados por la sala. Agrupaciones de monolitos, no faltan los enigmáticos negros que en la Odisea en el Espacio aparecen en el despertar de la raza humana. También son una guía para Raquel y los llama monolitos  pero parecen alas sueltas de mariposa o locas aleteando sobre el cuadrángulo de su deseo como escribiera el genio.  “Smart”, de acero pintado en  caviar beluga. Objetos descompuestos en unidades geométricas. Muchas caras sueltas de poliedros con aristas limadas… quizá buscando una proporción aurea.

La geometría y alguno de sus tesoros: “El jardín de Elena” estrellas de hierro y piedras níveas del rio. Elena, luz que brilla en la oscuridad; un “Bosque animado” por árboles de álabes combadas hacia la tierra o grullas en su viaje al Sur. Una sonrisa “A la salud de Kapoor” en acero inoxidable y alabastro. ¡Anish Kapoor, supongo! El de El gran árbol y el ojo instalado al aire libre en el exterior del Museo Guggenheim. También aquí el ojo asombrado del toro en alasRetazos II” desplegadas. “Pluscuam-Imperfecto” una mandíbula de tiburón o la cordillera de monte Fuji  sobresaliendo de un mar de nubes barnizado.

Por favor, no tocar… un cercado de cables que trazan una inmensa grulla… tirado al mar entre las olas, no ves sólo el relámpago, el cielo  y las nubes con tu boca abierta dispuesta a tragarse el sol,  más si un pájaro pasa y por un instante vive en tu miradaEse cercado ¿no serán los trazos que marcan una constelación?  Ya lo dijo Federico, que no se enteren los niños de que hay sombra detrás de las estrellas y sombra en tu castillo, así pues, “Se ruega no tocar”.

Alas, aletas, álabes… todas sirven para avanzar: Corazón, ¡Rema!

Y a otro le parecerá otra cosa

El espacio como papel. O cómo transitar de mi espacio interior al espacio exterior. Es ahí donde dibujo, es ahí donde trabajo. En el papel aéreo.

PHOTOS | Stan Wise

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