Los peregrinos
Mariano Martín
En un cruce de caminos,
dos peregrinos pasaban,
se pararon y contaban
cada uno su destino.
A dónde vas, de dónde vienes,
¿tienes bienes?, yo ni pan.
Uno y otro se entretienen
mientras sueñan donde irán.
Yo procedo de una casa
con inmensos parabienes,
en la cual nada faltaba
y de todo en ella tienes.
Yo no tengo bien ni casa
ni dispongo de unos quienes,
que me pongan la coraza
defensora de intereses.
Reflexionando y en pausa,
latiendo cada corazón al unísono,
y el alma hecha de la misma pasta
se preguntaron el por qué de su camino.
Yo soy dueño de una causa;
yo soy dueño de mí mismo,
pobre o rico lo que pasa
y somos hijos del destino,
es que a ambos nos traspasa
la misma Cruz cuando morimos.