LEIRE UNZUETA EXPONE EN ‘DUZU’: «Nunca llevo trípode a hacer mis fotografías de paisaje, no es mi estilo»
EMAKUMEOK
La fotografía de paisajes lleva su nombre. Se llama Leire Unzueta. Nació en Berriz en 1987 y reside en Durango. En este último municipio es noticia porque la nueva Duzu Kafe Taberna -en Pablo Pedro Astarloa kalea, 13-, estrena apertura y exposición con imágenes tomadas por ella en los últimos años. «Se trata de seis fotos, probablemente mis favoritas de la vida», concreta. En los primeros días ya ha vendido algunas de las instantáneas captadas en Suiza, Gaztelugatxe, California, Lanzarote, Goiuria, Oiz, Gorbeia u Otxandio.
Unzueta llegó a la fotografía tras estudios realizados que no le llenaban como persona. Estudió primero traducción. Habla inglés, italiano, euskara y castellano. Trabajó de ello, pero como terapia personal sacaba a pasear su cámara a bosques de las cercanías.
Poco a poco y de forma autodidacta profundizó en aquellos bosques y en su conocimiento y experiencia. Complementó su currículo con un master de cooperación que le llevó gracias una beca del Gobierno vasco a trabajar en la Naciones Unidas en Ciudad de México. La experiencia o aventura duró un año. «Trabajaba en un proyecto de mujeres«, pormenoriza. La iniciativa tenía como objetivo de lucha la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Esta salida laboral tampoco fue de su gusto. Fue entonces cuando apostó por siendo autónoma emprender como fotógrafa, tanto con su obra de autora, como otros encargos como bodas, para que la cuenta bancaria evolucione positiva. «Cuando voy a hacer paisaje, me llena porque trabajo sola y lo hago muy a gusto. Sin clientes a mi lado», sonríe.
De colores melancólicos a la luz
Unzueta tiene un sello personal en sus trabajos gráficos. «Hasta ahora he tenido unos colores muy melancólicos, con luces oscuras, tristes. Quizás como estaba yo o me sentía en este tiempo. Ahora, tienen más luz u otro tipo de luz, pero así y todo creo que sigo manteniendo mi sello», analiza a Mugalari.info quien imparte cursos en naturaleza y también de edición.
A su juicio, la fotografía de paisaje es «la más difícil» de seguir evolucionando en ella. «Ya al final es difícil encontrar el sujeto, qué árbol, nuevas composiciones… Eso sí, nunca llevo trípode, no es mi estilo. Hay otros fotógrafos con los que coincido que se extrañan por ello, pero yo lo tengo bien claro». Otra de sus máximas es que tras una buena toma, la edición es necesaria. «Sí, porque es como el revelado. Es muy importante y además de esa forma consigues un estilo propio».
En estos breves años ha expuesto su obra en Nueva York (en Brooklyn y en Times Square) o en el Museo de Arte e Historia de Durango. «Ahora me hace ilusión exponer en Duzu y que se estén vendiendo fotos. Viene muy bien -concluye- para continuar con mi proyecto».