Problema habemus
Rafael Hidalgo
Sobre todo para el fabricante de la vacuna contra el covid-19, Astra Zeneca ya que en los 34 millones de vacunados con su vacuna anti covid-19, se han detectado 86 casos de aparición de coágulos sanguíneos que han producido 18 muertes, lo que viene a suponer 0.05 fallecidos por cada 100.000 personas vacunadas o lo que es lo mismo, una muerte por cada 2 millones de personas vacunadas con su vacuna, lo que ha provocado recelos en algunos países por esos casos anómalos observados.
Es curioso, incluso sospechoso, la mala prensa que rodea a esta vacuna en tanto que EMA, la Agencia Europea de Medicamentos, en su reunión del 8 de abril ha concluido en que los coágulos sanguíneos con plaquetas bajas en sangre deben incluirse como efectos secundarios muy raros en la vacuna covid-19 de Astra Zeneca.
Más todavía. El 15 de abril, el pasado jueves, la Organización Mundial de la Salud, la OMS, alerta que la situación global de la pandemia es grave (como si no estuviera claro, con una Europa que acaba de superar el millón de muertos a causa del covid) y ha reiterado su defensa de la vacuna de Astra Zeneca.
El recelo que los datos más arriba citados han producido, aireados por los medios de difusión con fuerza, ha hecho que varios países hayan reservado esta vacuna para algunos grupos de edad e incluso algunos, como Dinamarca, hayan suspendido su aplicación de manera definitiva, aunque las autoridades danesas han echado una paletada de arena a la suspensión, diciendo que su decisión obedece más a la buena situación epidémica del país y a la posibilidad de obtener en el mercado otro tipo de vacunas sustitutorias. Rematan el lance los daneses diciendo que no descartan volver a utilizarla en un futuro. A lo dicho, todo un monumento al si pero no y al equilibrio entre las paletadas de cal y las de arena.
La competencia de la firma inglesa -que por cierto su investigación para obtener la vacuna fue financiada con un 97 % procedente de fondos públicos- entre tanto se estará frotando las manos, principalmente Pfizer que si a primeros de año había previsto unos beneficios para el ejercicio 2021, de 12.000 millones de euros provenientes de su vacuna, a estas alturas entiende que se quedó muy corto en sus previsiones de resultados. Esta pandemia ha supuesto, está suponiendo, la ruina de muchas personas y sectores y el enriquecimiento brutal de unos pocos y en estas circunstancias, andando como anda tanto dinero en juego, es para sospechar que la mala fama- que no sus resultados- está teniendo Astra Zeneca no tenga un trasfondo un tanto tenebroso.