CRÓNICA · ‘Kotondarrak’, un canto actual precioso y preciso a las mujeres de la revolución industrial
Da gusto confirmar que hay compañías que investigan, estudian el más mínimo detalle para acabar llevando a los escenarios su propuesta. Es el caso de Anita Maravillas y su oferta titulada Kotondarrak. Hoy, por fin, tras varios intentos en Berriz y Amorebieta-Etxano, hemos podido disfrutarla en Mugalari Kultura invitados por San Agustin Kultur Gunea de Durango.
Fotos · Iban Gorriti
Desde meses atrás, el afiche de la obra brilla tras el cristal del marco de nuestra oficina gracias al zornotzarra David Murillo, a quién le solicitamos una copia. Hoy hemos comprendido que acertamos solo viendo el bonito cartel. Kotondarrak ante todo es belleza. Eso lo primero. Lo segundo, es mensaje, que para un público familiar quizás llega más claro a las personas adultas, quienes pueden acabar transmitiendo a las menores la lucha de esa madre de dos niñas que se planta ante el terrorífico encargado o dueño de la fábrica y crea semilla en el resto de compañeras alienadas.
Kotondarrak es un canto feminista actual, el de las mujeres de entonces durante la revolución industrial que se vivió en Estados Unidos. Ese mensaje llega a la persona adulta para que a continuación surja el diálogo en familia. La niña o el niño, sin embargo, durante la actuación, como ha ocurrido hoy, disfruta con la maestría de manipulación de los preciosos títeres por parte de Miren Larrea, natural de Amorebieta-Etxano, y Valentina Raposo, de Santiago de Chile afincada en Barcelona. Y las dos titiriteras lo bordan, no dan puntada sin hilo.
La trama histórica está muy bien desarrollada, con ingenio en el guion y bien aderezada en todo momento por el equipo técnico con un atrezzo plausible, perfecto en todo instante. De hecho, en ocasiones evoca sin duda alguna al Gran Hermano de George Orwell. Son pocas las compañías que apuestan por los títeres y Anita Maravillas aporta, además, un lenguaje con prisma de género. Por esta razón brillan tanto ondeando la bandera morada.
