‘Descoordinación’, por Mariano Martín
Mariano Martín
Creados para vivir
y nacidos para gozar,
nos toca implorar y morir
y sin poderlo evitar.
Con derecho a ser Hombre feliz
y obligado a sentir y crear,
en la Vida un pequeño desliz
hace grande un inmenso dañar.
Qué pena que siento y me da
ésta Vida y su gruesa cadena,
tan fuerte que aprieta y condena
y nos priva de la Libertad…
recorro las rutas sin más
y piso la sangre y la arena,
al menos el Cielo y la Tierra
me prestan su ardor con su paz.
No sabemos lo que hacer
ni entender donde fluir,
a quién buscar y en qué creer
y encontrar a qué seguir…
con el deber de saber
y el haber a construir,
olvidamos lo de ser
un recuerdo a transmitir.
Qué tristeza caminar entre las calles
las plazas qué pobreza ver vacías,
los cuerpos sin afán y sus detalles
y las almas contemplar ver pasar los días.
Sueño es o realidad
en el tiempo de nacer,
esa forma de pasar
que discrepa en nuestro ser.
No se bien con quién estar
y es el mal con su exigir,
quien agobia nuestro andar
y que sirve a lo infeliz…
en el ir y en el venir
en la calma o la ansiedad,
es el Mundo y su latir
la semilla de heredad.
Hay pesar entre los planes
falta el gusto y la alegría,
esas danzas y cantares
que tanto hermoso nos decía.
Nos perdió acaso no sé
el motivo al elegir,
lo que oculto no se ve
y se niega a relucir.
Intento querer sonreír
procuro negarme a llorar,
volar y poder describir
el camino de la Humanidad…
qué debemos predecir
no hay principio sin final,
ignoramos qué inscribir
cuando falta el ideal.
Miro al Cielo y le pregunto
y la Tierra respondía,
es lo exacto, siembra y justo
que este Mundo merecía…
o el retrato que a su gusto
sin disgusto se crecía,
desoyendo lo que adjunto
junto al Orden se mecía.
Es la Ley del Universo
la misión de la Creación,
de lo uno y lo diverso
la razón y sinrazón…
pasaremos el proceso
acaso existe otra elección,
y seguiremos ese creso
rumbo fiel de inspiración.
Ya vislumbro allí una Luz
de fe, esperanza y resplandor,
un color que siendo azul
es y está en cualquier color.
Y en el Amor he de vivir
ser su Estrella y ser su Flor,
y al Ser Humano convertir
en una Nueva Recreación.
Etiquetas: Durango, Mariano Martin, poema, Poesía