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A Durango, desde Argentina en días de coronavirus

Pedro Maria Arana

Pedro Mario Arana Urionabarrenechea

Las distancias no se miden con la misma regla, geográficamente Durango queda muy lejos, pero en mi corazón está como quien dice a la vuelta de la esquina.

Se me ocurrió contarles a mi familia y amigos durangueses cómo se viven estos momentos en Argentina en particular en el Valle de Rio Negro y Neuquén en la Patagonia, mi lugar de residencia.

Ya sabemos por demás todo lo que trajo aparejado el coronavirus, las prohibiciones, las cuarentenas, las advertencias, las estadísticas, los cuidados,…

En los primeros días desde este lado sudamericano del Atlántico, el virus era una historia lejana, pero llegó y llegó con fuerza, dicen que será peor en el invierno, pero por esta vez corremos con una ventaja, (que supongo sabremos aprovechar), es que estamos aprendiendo sobre la experiencia europea, y si por una vez en la vida copiamos las cosas que se hacen bien, el impacto “podría” ser algo menor. Por lo pronto, los políticos del color de partido que sea, aceptan las sugerencias de los científicos, lo cual es un paso adelante, será que este virus no distingue a políticos de ciudadanos de a pie por lo tanto es un miedo compartido.

Si bien hay gente en las calles, se nota que muchos (me incluyo), llevan a cabo la “autocuarentena”, el alcohol en gel desapareció de las góndolas y, en las inevitables salidas al supermercado en las colas, se ve un exceso de compra de lavandina antisépticos y alcohol del de siempre a pesar del precio.

Las clases de todos los niveles, incluso universitarias suspendidas por los menos hasta el 31 de marzo al igual que todos los eventos de cualquier índole. El trasporte público es un servicio algo escaso en la zona, eso hace que nos movilicemos en auto  evitando aglomeraciones al viajar lo cual ahora es una ventaja, las fronteras están cerradas hasta nuevo aviso. Como sea y como dicen, todo esto es muy dinámico y todos los días hay novedades de nuevos procedimientos a seguir.

Como percepción personal puedo decir que desde el viernes 13 de marzo a la fecha hay como una mayor toma de conciencia en la población en general, los locales de asistencia masiva de público o no imprescindibles se autocierran a pesar de las pérdidas económicas que ello conlleva. Como es de esperar hay inconscientes,  irresponsables, egoístas o como quieran llamarles que hacen caso omiso de cualquier indicación, hasta las que están penadas por ley.

El tema preocupante es que estamos de cara al invierno y eso agravará la situación.

Al día de hoy en Argentina hay 65 casos y 2 muertos y en nuestra zona 1 único caso confirmado.

De todas las desgracias, de todos los miedos, de todos los fracasos, la humanidad ha resurgido, de todas las pestes de todas las pandemias de todos desastres naturales la humanidad ha resurgido. Hagamos juntos un ejercicio de optimismo. Esos vídeos que circulan en internet donde se ve a los vecinos cantando de ventana a ventana -incluido Durango, como he podido ver-, donde vecinos se ven dándose ánimos en esos largos períodos de cuarentena, creo que van más allá de una emotiva imagen.

Este coronavirus nos iguala, nos hace humildes, no hace saber que de mi cuidado personal depende la salud del otro, nos hace saber que, el mundo es uno sólo y, sobre todo nos hace saber que no importa si sos asiático, americano, africano o europeo, no importa si sos pobre o millonario, inteligente o no tan inteligente, no importa tu creencia fanática religiosa, ni de que cuadro de fútbol sos hincha,  ante el virus queda demostrado que somos absolutamente todos todos todos iguales y vivimos en el mismo lugar.

También “LES” deja un aprendizaje a las grandes potencias, a los que nos gobiernan, a los que tienen la sartén por el mango: sería mucho mejor destinar medios a la ciencia en pos de la humanidad, sería mejor destinar medios a la cultura, sería mejor destinar medios a mejores hospitales, sería mejor destinar medios a la calidad de vida. Ese tal corona que le llaman,  no le teme a la bomba más grande del mundo, ni a la mayor superpotencia,  ¿y el dinero?, el dinero, la plata como decimos acá, lo tiene sin cuidado. ¿Aprenderán?.

¡¡Vamos a superar al tal corona!! Y aprendamos que aquello que hasta hace unos meses, cuando no conocíamos la palabra coronavirus, nos parecía tan importante y definitivo para nuestra vida no lo era, retomemos las senda de las cosas verdaderamente importantes. No sé porque me viene a la mente una frase: El amor es más fuerte.

Les mando un abrazo a todos en Durango cargado con el deseo de superar estos momentos.

Ayúdanos a crecer en cultura difundiendo esta idea.

Bilatu