Arrien, el defensor del euskara, los niños vascos de la Guerra Civil y las escuelas de barriada de la Diputación
Tras conocer su inesperado fallecimiento el viernes, desde Mugalari.info impulsamos un homenaje más a Gregorio Arrien, defensor del euskara, los niños y niñas de la guerra y las escuelas de barriada forales. El funeral por este pasionista de Kortezubi (1936) se oficiará esta tarde de lunes en Orue (Amorebieta-Etxano) a las 18.00 horas.
El alcalde de Amorebieta-Etxano, el jeltzale Andoni Agirrebeitia es el primero en prestarse a ello: «Es una pérdida irreparable. Un trabajador incansable que en los últimos lustros se ha volcado en difundir la verdad de la Guerra Civil, el exilio y los represaliados, especialmente en Amorebieta-Etxano. No quiero olvidar que fue precursor junto con la Coral artístico recreativa ‘Zormoza’ del homenaje a las víctimas de la guerra que se conmemora el 18 de mayo. Arrien era un ser humano excepcional. Goian Bego», manifiesta.
El historiador lekeitiarra Iñaki Goiogana de Sabino Arana Fundazioa se suma destacando que «Arrien nos enseñó a ver que no hay temas menores para historiar. Las pequeñas cosas tienen mucho que decir, mucha historia. De hecho, fue de los primeros en hacer memoria histórica, en su caso historiar el éxodo infantil de la guerra», le reconoce y va horizontes más allá: «Él trajo del olvido no solo la historia de los niños y niñas evacuados, los nombró uno a uno todos. Relató lo abstracto, pero también lo concreto del pasado».
Desde el mismo gremio, el investigador iurretarra Jon Irazabal hace un juego de palabras para vestir su persona. «Desde el silencio, fue un hombre pequeño que realizó un gran trabajo. Ahora, tras su muerte caemos en la cuenta del copioso trabajo y fundamental que han llevado a cabo hormiguitas como Gregorio».
Homenajes a las maestras de la guerra
Sin salir de Iurreta, la maestra Kristina Mardaras cimenta su despedida a través de los famosos bertsos musicados de Mikel Laboa: “Maite ditut maite gure bazterrak, lanbroak izkutatzen dizkidanean» y agrega su eskerrik asko por todo lo dado por Arrien. «Agurrik ez!», concluye la primera mujer que participó en el campeonato absoluto de bertsolaris. Precisamente, el finado -término que él utilizaba en su pausado hablar- fue quien impulsó un homenaje a las maestras que se celebró años atrás en Amorebieta-Etxano.
Arrien, patriota, autor de 18 libros, era un apasionado de la biografía de su compañero de congregación Aita Patxi, quien se ofreció dos veces para reemplazar a unos hombres que iban a fusilar en un campo franquista. Gracias a él, el benedictino de la abadía de Montserrat Hilari Raguer publicó el volumen Aita Patxi, prisionero con los gudaris. Gregorio bien conocía la muerte. Precisamente meses atrás enviaba palabras de condolencia ante otro fallecimiento. Sus letras reflejan lo que hoy la audiencia pueda estar sintiendo al saber de su pérdida humana. Escribía el amigo: «Solo el que ha pasado por similares situaciones está en condiciones de oír los gritos desgarradores que produce el dolor por la pérdida de un ser querido».
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