CCOO y el brazo armado del movimiento pensionista
Óscar Gómez Mera
Hace ahora un mes, el sindicato CCOO de Euskadi amenazaba al movimiento de pensionistas vascos. Les exigía que debían de optar entre representar a toda la sociedad o ser la muleta social de ELA y LAB. Brazo social pensionista fue la expresión que utilizó el otrora sindicato democrático y de izquierdas para referirse al movimiento en defensa del sistema público de pensiones. Parece que para CCOO de Euskadi defender la permanencia de un sistema público que garantice pensiones dignas no es representar a toda la sociedad.
Tanto el movimiento de pensionistas como el feminista han secundado la convocatoria de una Huelga General en Hego Euskal Herria realizada por la Carta de Derechos Sociales para el mes de enero de 2020. A dicha convocatoria se han sumado también los sindicatos ELA y LAB, así como otros sindicatos minoritarios. Cuestión que ha levantado ampollas en el sindicato capitaneado por Loli García.
Loli García, Secretaria General de CCOO de Euskadi y experta en decir hoy una cosa y mañana justo la contraria sin despeinarse. Es así como se llega lejos en CCOO. Recuerdo como sobre el año 2002 o 2003, cuando Ezker Batua participaba en el Gobierno Vasco de la mano de Ibarretxe, la actual Secretaria General de CCOO de Euskadi que por aquel entonces era la responsable de empleo del sindicato, era capaz de votar en una misma semana en contra de los presupuestos del tripartito vasco gobernante (PNV-EA-EB/IU) en la ejecutiva de CCOO de Euskadi por considerarlos antisociales, y sólo un par de días después a favor de los mismos en el Consejo Político de Euskadi de la Ezker Batua de Javier Madrazo y Oskar Matute, del que también formaba parte.
La Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria plantea cuestiones que cualquier socialdemócrata tibio recogería en su programa electoral. Pensiones de 1.000 euros y salarios de 1.200. Sólo un ultraliberal y ultracentralista podría estar en desacuerdo con estas propuestas. Es muy entendible que haya organizaciones sindicales que se sumen a tales reivindicaciones, así como a la convocatoria de Huelga General como han hecho pensionistas y feministas.
Todas estas reivindicaciones sociales de los pensionistas y de otros colectivos parecen importarle poco a CCOO. Es normal. No olvidemos que fueron CCOO y UGT quien junto con el gobierno del PSOE de Zapatero aumentaron la edad de jubilación de 65 a 67 años, y los años de cómputo para el cálculo de las mismas de 15 a 25. Parece que a CCOO de Euskadi sólo le importan estos movimiento y sus reivindicaciones si pueden coparlos y dirigirlos a su antojo para llevarlos a su redil. Redil que no es otro que el de la paz social de los cementerios y el del régimen del 78. Por eso la señora García y sus correligionarios están encabronados. Y por eso tratan de deslegitimar al movimiento de los pensionistas hasta el punto de llegar a criminalizarlo.
Para ello han echado mano del mismo mantra que llevan utilizando durante casi 20 años, que no es otro que confundir el enemigo. Para CCOO de Euskadi el enemigo no es el capital y la patronal, sino ELA y LAB. Y denomina brazo social pensionista del movimiento nacionalista al movimiento de los pensionistas. Sólo les ha faltado denominarlo brazo armado y afirmar que son de ETA-BATASUNA. O que están a sueldo de Moscú. Y es que en Hego Euskal Herria no existe el bipartidismo sindical que tantas canonjías y sinecuras concede a los de CCOO. De ahí que el enemigo a batir sea quien tiene que repartirse las subvenciones con el sindicato de la señora García. Y de ahí que se criminalice a los sindicatos de ámbito vasco y la convocatoria de Huelga General. Como no se trata de una convocatoria a nivel de todo el Reino de España, parece que carece de legitimidad para CCOO. Si los pensionistas de Barbate y las feministas de Vilanova i la Geltrú no convocan, es un despropósito que haya una convocatoria de ámbito vasco. Se rompe la unidad, y tal y cual, Pascual.
Lo que molesta a CCOO, pero no sólo a CCOO, es que los movimientos pensionista y feminista han sido capaces de movilizar lo que los mal llamados sindicatos mayoritarios no han podido. O directamente no han querido, ni quieren. Todo el mundo quiere mojar su pan en salsa ajena, no sólo CCOO. Pero con el movimiento pensionista y el feminista han pinchado en hueso. Mientras otros se la envainan y apoyan la Huelga General de enero, los de CCOO de Euskadi optan por la pataleta y la criminalización.
La autoorganización de sectores de la sociedad al margen de instituciones, partidos, sindicatos… es algo que levanta muchas ampollas. Hay quien ve peligrar su status. Y por ello se encienden todas las alarmas y se escucha tocar a rebato.
